La oposición venezolana es un adalid de la libertad y la democracia para muchos que no viven en Venezuela, gracias a la gentil campaña de medios de comunicación internacionales que se han alineado en contra del gobierno de Caracas.
No obstante, para quienes sí conocen a los partidos de la oposición, no sorprende en absoluto su comportamiento errático e irresponsable frente al país, ya que no son ellos quienes realmente toman las decisiones importantes.
Menos aún sorprende la decisión de los dirigentes de los partidos de la derecha venezolana de no suscribir el documento que ellos mismos ayudaron a crear durante largas jornadas desde hace meses en la Mesa de Diálogo que tuvo lugar en República Dominicana, con participación del gobierno de la isla, gobiernos latinoamericanos y del expresidente español José Luis Rodríguez Zapatero.
Este último, sorprendido por esta conducta incoherente, envió una carta a los dirigentes de la oposición, probablemente en un gesto de cierta desesperación para hacerlos entrar en razón, ya que quedaron plasmadas en el Acuerdo peticiones consensuadas que llevan años exigiendo.

La carta de Zapatero
“Después de trabajar sin descanso durante dos años por una convivencia pacífica, democrática, de superación de los problemas económicos y sociales de Venezuela (…), se culminó en un consenso básico para un gran acuerdo, que supone una esperanza real y valiente para el futuro de Venezuela, concretado en un documento presentado a las partes que da respuesta a los planteamientos esenciales discutidos durante meses”, señala la primera parte de la carta.
Más adelanta menciona los puntos consensuados tanto por el gobierno venezolano como la oposición, entre ellos, probablemente el punto más importante de todo lo logrado, ya que es una de sus exigencias desde hace años: “el acuerdo en un proceso electoral con garantías y consenso en la fecha de los comicios”. Es decir, se acordó que la fecha sería el 22 de abril y que el proceso tendría las garantías necesarias como una misión de observación y acompañamiento internacional encabezada por la ONU.
Otro punto de honor para la derecha venezolana es la reactivación de la Asamblea Nacional, dominada por la oposición, lo cual también se acordó en la mesa de diálogo y Zapatero lo recuerda en su carta. “(…) el compromiso por una normalización institucional y las garantías para el cumplimiento del acuerdo, y el compromiso para un funcionamiento y desarrollo plenamente normalizado de la política democrática”.

Las consecuencias de la negativa
El expresidente español entiende perfectamente las dificultades y amenazas que enfrenta Venezuela de no generarse un acuerdo de convivencia entre las partes. “No valoro las circunstancias y los motivos, pero mi deber es defender la verdad y mi compromiso es no dar por perdido el lograr un compromiso histórico entre venezolanos. Es por ello que le pido, pensando en la paz y la democracia, que su organización suscriba formalmente el acuerdo que le remito”.
También reconoce que el gobierno del presidente Nicolás Maduro “se ha comprometido a respetar escrupulosamente lo acordado”. Pese a todas estas concesiones y puntos a favor, la oposición, de nuevo, volvió a apostar por la crisis, el caos y la ingobernabilidad para, algún día, llegar al poder, como siempre lo han intentado hacer.
JA