El presidente de la República Bolivariana de Venezuela, Nicolás Maduro, anunció que llevará hasta las últimas consecuencias las denuncias sobre el asedio a la embajada de su país en Washington, tras los incidentes ilegales que protagonizó la policía estadounidense al ingresar violentamente en el recinto diplomático.
Maduro reconoció que los activistas norteamericanos que se encontraban en la Embajada venezolana, estaban allí con autorización del gobierno suramericano, pero esta semana fueron apresados por la policía de la capital estadounidense. “Cuatro activistas pertenecientes al ‘Colectivo de Protección de la Embajada’ que se encontraban en el recinto diplomático con autorización del gobierno venezolano para protegerla, mantenerla, dado que nosotros rompimos las relaciones diplomáticas y políticas con Estados Unidos (…) fueron detenidos por miembros de la Policía Metropolitana”, dijo el mandatario.

Ante tales acciones, el jefe de Estado venezolano pidió a su canciller, Jorge Arreaza, y a su embajador en las Naciones Unidas, Samuel Moncada, llevar esta denuncia ante la ONU para que sean los países del mundo los que se pronuncien sobre esta brutal agresión al derecho internacional y a la Convención de Viena, que garantiza la inviolabilidad de las sedes diplomáticas y la protección del país que la acoge.
Sobre este último punto, el gobernante dijo que instruyó a las autoridades de su país para que reforzaran la seguridad del edificio de la Embajada de Estados Unidos en Caracas. “He mandado a reforzar la vigilancia y la protección policial y legal sobre el edificio de lo que fue la embajada de Estados Unidos, que le pertenece al Gobierno de los Estados Unidos aquí en Caracas”, dijo Maduro al exponer su visión de respeto al derecho internacional.

Lamentó que algunos venezolanos apoyen la agresión a una sede diplomática de su país, lo que a su juicio constituye un acto de traición. “Un pequeño grupo de fascistas venezolanos, seguidores del golpista autoproclamado aplaudieron a la policía gringa cuando se los llevaban (…) una actitud que causa vergüenza e indigna”, comentó.
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