Del rosario de periodistas de ultraderecha que el diputado Juan Guaidó pudo elegir para presidir su pretendida comisión para intervenir el canal de noticias Telesur, el doblemente autoproclamado presidente encargado anunció que será Leopoldo Castillo el que estará al frente de esta instancia, de cuyos procedimientos se desconoce absolutamente todo, salvo que busca torpedear una de las pocas señales alternativas a la prensa dominada por Washington.
En VTactual revisamos algunos de los atributos de Leopoldo Castillo que lo convierten en la opción más desacertada para estar al frente de un canal como Telesur.
Parcialidad sin fisuras
Abogado y periodista, Leopoldo Castillo es un instrumento del aparato de propaganda anticomunista que desde Estados Unidos se promueve aún luego del fin de la guerra fría. La soberbia e intransigencia del “interventor” de Telesur, impiden que salga alguna opinión contraria a sus ideas. En el programa que condujo en la planta Globovisión, llamado “Aló Ciudadano”, dio innumerables muestras del desprecio por la diversidad de criterios.
Racismo sin escrúpulos
Para estar al frente de un canal dirigido a los pueblos del sur, donde la mezcla y coexistencia de diferentes razas son la norma, lo menos que se puede admitir es que se practique el racismo. Telesur tiene casi 15 años exaltando la diversidad y demostrando a los invisibilizados por las corporaciones mediáticas. El racismo de Leopoldo Castillo quedó evidenciado en la burla que hizo del fallecido presidente de Zimbabue, Robert Mugabe, cuando lo comparó con un personaje del film “El Planeta de los Simios”.
Promotor de la violencia
Durante eventos delicados de la vida nacional venezolana, Leopoldo Castillo utilizó su programa para hacer apología a la violencia y al desconocimiento del ordenamiento jurídico. Sus opiniones en favor del golpe de Estado de abril de 2002, y el paro petrolero que debilitó al país entre 2002 y 2003, sirvieron para movilizar a mucha gente en contra del gobierno constitucional y promover la violencia política.
“Matacuras”
El apodo ganado por Castillo tiene una historia al menos escabrosa. Durante su actuación como Embajador de Venezuela en El Salvador, bajo la presidencia de Luis Herrera Campins, facilitó datos a las autoridades que posteriormente asesinaron a varios sacerdotes sospechosos de colaborar con los movimientos de izquierda que en aquel momento se enfrentaban contra la dictadura apoyada por Estados Unidos en la nación centroamericana.

El dato fue confirmado por el periodista Dan Williams para la agencia Reuters de la siguiente manera: “´Operación Centauro´ era el nombre código para el plan de eliminación física de de personal religioso que estuviera bajo sospecha severa de colaborar con las guerrillas salvadoreñas. El proyecto implicaba a agentes cubanos radicados en Miami y al embajador de Venezuela en El Salvador, Leopoldo Castillo, de quien se ha dicho que era la fuente de los servicios de inteligencia que identificó a las víctimas”.
La muerte del otro Leopoldo
Información,traslado de Leopoldo Lopez desde Ramo Verde al Hospital Militar, sin signos vitales. Régimen maneja hipótesis de intoxicación.
— Leopoldo Castillo (@elcitizen) May 4, 2017
En su afán por generar caos en territorio venezolano, el autodenominado “ciudadano” esparció el rumor de que el dirigente opositor Leopoldo López falleció en su reclusión en la cárcel de Ramo Verde, estado Miranda. En su cuenta twitter, Castillo escribió en mayo de 2017: “Información, traslado de Leopoldo López desde Ramo Verde al Hospital Militar, sin signos vitales. Régimen maneja hipótesis de intoxicación”.
Por supuesto la información fue falsa y sus intenciones inconfesables se vieron truncadas. Ante tamaña irresponsabilidad, Castillo sólo alcanzó a defenderse echándole la culpa a la fuente : “en otras oportunidades me ha dado informaciones que han resultado. Yo no trabajo informaciones de batazos… y bueno asumí un riego”.
Desde Miami
Como es natural, Leopoldo Castillo se fue de Venezuela y se radicó en la ciudad Miami, Estados Unidos, bastión de los movimientos contrarrevolucionarios y de antiizquierdistas. Desde allá emite un programa que sigue atacando ya no sólo al gobierno y al pueblo venezolano, sino a justificando la destrucción de la economía del país propiciada por Estados Unidos y el bloqueo que sostiene contra la nación suramericana.
Con este currículo, que más bien parece un prontuario, el señor Guaidó eligió a Leopoldo Castillo para dirigir la comisión interventora de Telesur. Más allá de si lo logren o no, las intenciones verdaderas de este movimiento saltan a la vista y la urgente necesidad emitida como orden desde Washington, para cambiar al incómodo canal de noticias, también.
RB/VTactual.com
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