Desespero, desaciertos, soberbia. Las últimas acciones y declaraciones del presidente de Estados Unidos, #DonaldTrump, están marcadas por esas tres palabras. Su verborrea indetenible le está ganando no pocos problemas y compromete a la Casa Blanca en aventuras que suponen mucho qué perder. El reciente apoyo irrestricto al rey de Arabia Saudita, Salmán ben Abdelaziz al Saúd, es una muestra de ello.
Recientemente Trump, cual mercenario, cobró los favores que ha recibido Riad por parte de Washington a raíz del caso Khashoggi. El mandatario norteamericano reflexionó en un mitín celebrado en Wisconsin: «Arabia Saudita, un país muy rico, los estamos defendiendo, subsidiamos a Arabia Saudita. Tienen nada más que efectivo, ¿verdad?». De manera vulgar, el presidente estadounidense agregó: «Rey, nos estamos rompiendo el trasero defendiéndote, rey, y tienes mucho dinero«.

El inquilino de la Casa Blanca dijo que el rey saudita “le cae bien”, puesto que su país compra a Estados Unidos unos 450.000 millones de dólares al año. “No quiero perder esta suma”, dijo Trump ante una audiencia complaciente que le reía su descaro.
Se complica caso Khashoggi
La defensa de Arabia Saudita por parte de Estados Unidos en el aterrador asesinato del periodista Jamal Khashoggi en la embajada de ese país en Turquía, protege a las cúpulas más altas del país árabe, donde la figura del príncipe heredero está seriamente comprometida. En marzo pasado, #DonaldTrump cerró filas en defensa de sus aliados sauditas al decir que “cortar relaciones con los sauditas sería un regalo para Rusia y China”.

Pero el caso compromete mucho más que unas relaciones comerciales. Esta semana uno de los principales acusados por la muerte de Khashoggi, fue encontrado muerto en prisión en extrañas circunstancias. Se trata de un agente saudí capturado en Estambul que presuntamente se suicidó. Ante este nuevo capítulo en el caso, saltan nuevas sospechas que recaen directamente en quienes desean desviar la atención sobre el terrible asesinato. En Riad y en Washington se frotan las manos.
RB