Jessica tiene 4 años. Su mamá le mandó a colocar en la peluquería unas extensiones de cabello que le llegan hasta la cintura, la viste con faldas «microscópicas» y le calza botas altas de charol. Sebastián, con 8 años, mira como su instructor de deportes se masturba mientras él se ducha después de las prácticas. Patricia – de 6 años – se esconde cada vez que su tío llega de visita a la casa porque, en sus “arranques de cariño”, la sienta en sus piernas y le manosea los muslos, además, le incomoda sentir esa “cosa dura” que él lleva en el pantalón. Estos 3 niños tienen algo en común: son víctimas de abuso sexual.

De acuerdo con la Organización de Naciones Unidas (ONU), en el año 2012, alrededor de 150 millones de niñas y 73 millones de niños fueron víctimas de abuso sexual. Para el año 2014 la Organización Mundial de la Salud (OMS) publicaba que el 20% de las mujeres y el 10% de los hombres señalaron haber sido víctimas de este delito durante su infancia.
VTactual conversó en exclusiva sobre el abuso infantil en Venezuela con el abogado y profesor universitario, Julio Romero, quien es Coordinador de Investigación y Proyectos de la Fundación de Atención Social Habla, dedicada a combatir este flagelo.

Un delito más común de lo que podemos imaginar
Para este especialista, el abuso sexual a infantes es un delito más común de lo que cualquiera puede imaginar y que es probable que se tenga el falso imaginario de que esto no ocurre; ya que eso “nos permite vivir con naturalidad y sin preocupación”. Sin embargo, el abuso sexual infantil sí existe y las cifras son alarmantes.
En Venezuela se pueden apreciar datos cuantitativos que permiten hacerse una idea en torno a esta situación. Por ejemplo, en el año 2009 el Cuerpo de Investigaciones Científicas Penales y Criminalísticas (CICPC) registró 442 casos de abuso sexual infantil y adolescente en sus distintas variables – pornografía infantil, corrupción de menores, prostitución infantil, entre otras – y en el año 2010 fueron 327 casos. Datos un poco más recientes emanados del Ministerio Público arrojan que en dos años han recibido 8.966 casos de delitos de abuso sexual contra niños, niñas y adolescentes, 837 órdenes de aprehensión, 4.335 personas imputadas, 3.289 personas acusadas, y 1.340 personas condenadas.
Romero resalta que las cifras expuestas están lejos de evidenciar la realidad de este problema, ya que si contabilizáramos las victimas que no denuncian, las que desconocen que vivieron situaciones de abuso y aquellas que pudieron haber fallecido producto de este suceso, la cifra sería aún más elevada.
Sobre los delitos más frecuentes – de acuerdo con la información recopilada por la Fundación Habla – la principal forma de abuso es el de tipo sexual, que agrupa casi el 42% de los casos. Le siguen los actos lascivos con un 34% de los datos obtenidos.
– Desde la Fundación Habla afirman que el abuso sexual infantil “es una práctica enquistada en la cultura, las instituciones e incluso en la comunicación masiva” ¿Cómo se manifiesta esta práctica en las tres esferas mencionadas?
– En el ámbito cultural siempre resaltan aspectos familiares como el incesto, los tocamientos impropios, comentarios sexualizados, o las manifestaciones forzadas de afecto como algunos ejemplos.
En el ámbito institucional pudiéramos enumerar un amplio catálogo, pero nos referiremos a las más emblemáticas. Por ejemplo en el mundo del entretenimiento se han evidenciado prácticas de abuso sexual infantil y adolescente como lo denunciado en torno a la figura de Michael Jackson. Las instituciones deportivas también han sido espacios donde este delito se ha desarrollado, tal y como se aprecia en el escándalo que rodeó el caso de Lawrence Nassar y el equipo de gimnasia norteamericano. Y sobre las instituciones eclesiásticas , ya todos conocemos los escándalos que han surgido y hasta este momento siguen surgiendo.
En la comunicación masiva el abuso sexual infantil no se visibiliza a través de campañas comunicacionales. Recientemente la Fundación Habla presentó en los cines del territorio nacional una pieza relacionada a este tópico, fuera de esta experiencia no se han expuesto campañas similares. Igualmente en la industria masiva de entretenimiento se exponen películas que terminan ridiculizando el abuso, destaco una película de Adam Sandler llamada “Mi Hijo” en el cual el protagonista es víctima de abuso y es presentado como un héroe durante toda la trama.

La Hipersexualización de la infancia es abuso sexual
Romero explica que la hipersexualización infantil es un problema que ha ido en aumento en los últimos años, y que consiste en la exaltación de la sexualidad como un medio de obtención de mayor valoración social. Esto genera que los niños y niñas vivan etapas que por su desarrollo no son las más idóneas y lleven a cabo actividades que a su edad no le corresponden.
También puede desarrollarse el interés por conductas sexuales en etapa prematura generando un acercamiento violento a la sexualidad. Es por lo anteriormente descrito que es considerado una forma de abuso sexual sin contacto.
– Las manifestaciones públicas de atracción sexual hacia las niñas a partir de 11 u 12 años son frecuentes ¿Podemos decir que este tipo de pedofilia es frecuente y/o aceptada en la cultura venezolana?
– Efectivamente, es común escuchar en algunos grupos familiares comentarios sexualizados a niñas de estas edades, por ejemplo aludir comentarios a su cuerpo, a su forma de vestir o actuar. Frases como las “Las mujeres son como el kino, a partir de 12 pagan” o “Si ya puede cargar dos tobos de agua ya puede con un hombre”, son frases terribles que son consideradas abuso sexual y están arraigadas como formas de expresión común.
Es por esto que la difusión de la información y señalar que este tipo de hechos son un delito, puede ayudar a proteger a las niñas, niños y adolescentes de este tipo de comentarios sexualizados que, como dije anteriormente, son una forma de abuso sexual sin contacto.
– Las RRSS han traído consigo nuevas formas de abuso sexual infantil como el Childgroomig o la pornografía infantil en línea ¿Cuál es la situación de Venezuela con respecto a estas prácticas?
– Estas modalidades se han presentado en el país. Excluyendo el caso de la agencia de modelaje Belankazar, puedo destacar la red de pornografía que operaba en el Centro Perú en Chacao (Caracas) que fue desmantelada por el Cuerpo de Investigaciones Científicas Penales y Criminalísticas. Igualmente este órgano de investigación a través de su director publica la captura de personas vinculadas a estos hechos con cierta periodicidad.
Una situación como la que nos encontramos actualmente que implica que las personas estén confinadas en sus hogares puede hacer que este delito aumente su alcance. Y no es descabellado pensarlo, ya que hablamos de una industria que produce 12 mil millones de dólares al año, superando al tráfico de armas y drogas como lo expuso el especialista peruano Dimitri Sumacre.

Julio Romero exhorta a los padres a que, en primer lugar, busquen la información necesaria para entender y evitar este problema. En segundo lugar deben practicar una comunicación fluida para enseñar a los infantes a no guardar secretos sobre situaciones que los hagan sentir incómodos. En tercer lugar instruirles a decir que “No”, que su cuerpo les pertenece, y en los casos que se sientan amenazados buscar ayuda. Por último, no se les debe obligar a dar manifestaciones de cariño que no deseen.
– En el estudio realizado por la Fundación Habla “Abuso Sexual Infantil y Adolescente en Venezuela: Una aproximación en cifras”. Ustedes establecen que existe una estrecha relación entre este delito y la cultura patriarcal ¿Cuáles son los hechos culturales observados que los llevan a tal conclusión?
– En la investigación que refieres pudimos conocer que la mayoría de los victimarios eran de género masculino 92,31% y la mayoría de las víctimas eran de género femenino 88,89%.
De estos datos hicimos una hipótesis interpretativa llegando a esta conclusión, ya que hay una preponderancia de hombres sometiendo a las mujeres, en la figura de niña o adolescente, y este es un patrón universal. Razón por la cual la visión de que la mujer es un objeto o una cosa que puede ser usada para satisfacción sexual personal se expresa en este tipo de delitos. Ahora bien, las cifras que presentan a los niños o adolescentes masculinos pueden ser bajas por el estigma social para el varón en este tipo de casos, esto puede hacer que las denuncias sean menos.
Sobre la Fundación de Acción Social Habla
La Fundación Habla nace de la preocupación y el asombro. Se inicia como una expresión de la indignación ante la naturalización del abuso sexual infantil y adolescente. Comunicadores, sociólogos, abogados y psicólogos, entre otros profesionales, se han dado a la tarea de unir esfuerzos y talentos para centrarse en las labores de prevención y atención a las víctimas.
En lo concerniente al apoyo y al acompañamiento a los afectados y sus familias, reciben las denuncias, realizando en primera instancia, una labor de contención sobre el infante y, posteriormente, remiten los casos a instituciones que tienen unidades de atención a la víctima.
Igualmente ejecutan investigaciones y campañas comunicacionales masivas sobre el tema del abuso sexual infantil y adolescente. También difunden información sobre las rutas de atención que deben seguirse en los casos que se presenten situaciones como las descritas.
“En estos momentos la Fundación Habla busca ampliar su radio de acción para la prestación de otros servicios como la atención integral a las víctimas con un enfoque psicosocial, para ello estamos en la búsqueda de financiamiento para el desarrollo de esta línea de atención psicológica, así como atención legal y grupos de apoyo emocional con referente terapéutico.”, enfatiza Romero.
Si desea recibir ayuda o información sobre abuso sexual puede visitar la página web de la Fundación Habla www.hablafundacion.org. También están disponibles los números 0212- 261.18.06 , 0212- 261.36.89 y el correo contacto@hablafundacion.org
Para quien quiera aportar su grano de arena en la lucha contra este problema social «puede difundir la información que producimos. En la medida que se conozca más sobre este tema podemos ayudar a prevenirlo. Otra forma de colaborar pudiera ser la producción científica de información, la cual publicaríamos a través de nuestras plataformas virtuales”
Enza García Margarit/VTactual.com