Por: Ernesto J. Navarro
Las petroleras Exxon Mobil (EE.UU.) y Royal Dutch Shell (Países Bajos) conocían sobre los efectos del cambio climático desde mediados de los años 80, pero escondieron intencionalmente esa información al público.
Un artículo titulado «El rastro de papel del calentamiento global» (‘Global Warming’s Paper Trail’), que fue publicado el 12 de septiembre de 2018 por el sitio ‘Project Syndicate‘, revela que Exxon y Shell encargaron investigaciones científicas internas, que pronosticaron las peligrosas consecuencias derivadas de las emisiones de dióxido de carbono (CO2) liberadas por los combustibles fósiles y otros productos elaborados por ambas empresas.
El texto fue escrito por Benjamin Franta, un exinvestigador del ‘Belfer Center for Science and International Affairs’, dedicado a estudiar la historia de la ciencia y la política climáticas.
Revelaciones Exxon
La petrolera estadounidense elaboró un estudio el año 1982, del que se desprende que para el 2060 los niveles de dióxido de carbono llegarían a unas 560 partes por millón, algo que elevaría las temperaturas globales en 02 grados centígrados (2°C) por encima de las registradas en la era preindustrial.
Así mismo, ese estudio científico puso a Exxon en conocimiento de:
- La ocurrencia de eventos potencialmente catastróficos.
- Aumento devastador del nivel del mar.
- El Medio Oeste estadounidense y otras partes del mundo podrían volverse desérticas.
Los científicos que trabajaron para Exxon predijeron el crecimiento futuro de los niveles de dióxido de carbono y de la temperatura global. Alertaban que se duplicarían los niveles de dióxido de carbono causando un calentamiento global de hasta 3°C.
No obstante la compañía expresaba que «este problema (del cambio climático) no es tan significativo para la humanidad como un holocausto nuclear o una hambruna mundial«.
Lo que sabía Shell
Por su parte, la petrolera holandesa encargó una investigación que fue concluida en 1988 y que pronosticó efectos similares a los predichos por el informe de la Exxon, pero añadía que el CO2 podría duplicarse en el medio ambiente, incluso para el año 2030.
Por otra parte, el documento de Shell vaticinaba:
- El aumento del nivel del mar de 01 (un) metro.
- El Calentamiento Global como causa del deshielo de la Antártida Occidental
- Aumento mundial del nivel del mar de «5 a 6 metros». (Lo que bastaría para inundar países enteros de tierras bajas).
- Desaparición de ecosistemas específicos.
- Destrucción de hábitats.
- Aumento en la «escorrentía, inundaciones destructivas e inundaciones de tierras agrícolas bajas».
- Cambios globales en la temperatura del aire.
En síntesis, concluía el informe de Shell, «los cambios pueden ser los más grandes de la historia«.
El investigador Benjamin Franta explica que ambas petroleras no pidieron investigar sobre los vínculos entre sus productos, el calentamiento global y los daños al medio ambiente, aunque los dos estudios confirmaron esas conexiones.
Lo más escalofriante de la filtración de esos documentos fue conocer la negativa de las petroleras a divulgar los resultados de sus hallazgos científicos.
Para el politólogo Carlos Fréitez, las grandes empresas petroleras del mundo, a su vez, las más contaminantes, financian a importantes ‘Think Tank’ (Tanques de pensamiento) que producen constantemente informes dirigidos a negar el cambio climático y sus efectos.
«Exxon Mobile, que otorga cuantiosas donaciones anuales, es quizá la pieza más importante en medio de una complicada red de intereses que circundan a varios ‘Think Tank’ que se dedican a cuestionar las amenazas del cambio climático.», opina el politólogo.
Lo cierto es que en la década de 1980, los efectos del Calentamiento Global eran desconocidos por la mayoría. Hoy, la empresas petroleras siguen negando públicamente que sus productos añaden CO2 al medio ambiente.