InicioUncategorized#Impropios Sergio Vergara: el estratega de Guaidó para la traición

#Impropios Sergio Vergara: el estratega de Guaidó para la traición

Como todos los aliados de Juan Guaidó, Sergio Vergara acumula la mayor cantidad de desatinos políticos en el menor tiempo posible. Este abogado zuliano formado académica y políticamente en el andino estado Táchira, arrastra consigo los mayores escándalos de corrupción, traición a la patria y conspiración de los últimos tiempos.

Su reciente renuncia a un cargo ficticio, que no le impidió llenarse los bolsillos a manos llenas, no le distancia en absoluto de ser uno de los principales hombres de confianza del gobierno imaginario de Juan Guaidó, tanto así que sus firmas aparecen, junto a la del asesor J.J. Rendón y el mercenario Jordan Goudreau, en el vergonzoso documento que autorizaba las peores formas de intervención terrorista en su propio país.

Cosas de muchacho

Los primeros coqueteos de Sergio Vergara con la política se remontan a aquella época en que los jóvenes militantes del movimiento Voluntad Popular, se bajaban los pantalones para mostrarle el trasero al gobierno de Hugo Chávez. Desde entonces Vergara y Guaidó han mantenido una cercanía que los ha puesto en los mismos escenarios políticos.

Junto al ex alcalde de San Cristóbal, Daniel Ceballos y el prófugo de la justicia Leopoldo López, formó parte de los orígenes de Voluntad Popular y en 2011 fue nombrado coordinador regional del partido en Táchira. Allí hizo sus primeros guiños al tesoro público y a la confrontación violenta contra el gobierno central, ocupando el cargo de Director General de la alcaldía de San Cristóbal y luego el rol de alcalde encargado, tras la detención de Daniel Ceballos por promover las guarimbas en la entidad andina en 2014.

Conocedor de lo humano y lo profano en la frontera más viva de América del Sur, Vergara sabe quién es quién del lado venezolano y colombiano, lo que le ha sido de mucha ayuda para buscar colaboración en su lucha contra el gobierno de Nicolás Maduro.

Quitate tú pa’ ponerme yo

Sergio Vergara comenzó a tener mayor notoriedad política, luego del show nacional e internacional que se montó con el reconocimiento del gobierno paralelo de Guaidó. Despunta su especial aparición como hombre cercano a la cabeza del gobierno imaginario y su buen olfato para saber dónde está el dinero.

Luego de que los diputados opositores José Manuel Olivares y Gaby Arellano, tuvieran meses en Colombia trabajando en la forma de ingresar la supuesta ayuda humanitaria a Venezuela por la frontera, Vergara impuso su voluntad (no tan popular) de nombrar a dos personas de su entera confianza para manejar los asuntos relacionados con los militares desertores que con tanto ahínco llamaron para formar un ejército allende las fronteras.

 

Los ciudadanos en cuestión, también militantes de Voluntad Popular, fueron Rossana Barrera (cuñada de Vergara) y Kevin Rojas, nombrados por Guaidó como  «responsables de los aspectos de comando, logística y seguridad de los militares que están en Cúcuta». La historia ya es de conocimiento público: rumbas en nigthclubs, prostitutas costosas, droga, lujos, la muerte del primo de Kevin Rojas en extrañas circunstancias fiesteras y la desaparición de casi 100 mil dólares de la supuesta ayuda humanitaria para los «heroicos militares» desertores, un caso escandaloso conocido por la prensa como «El Cucutazo«. Vergara huyó del país a los pocos meses y se radicó en Colombia.

Operación Gedeón: renunciar a nada

Tras el fracaso de la incursión mercenaria contra Venezuela el 3 de mayo de 2020, y la posterior detención y delación de unas pocas decenas de terroristas, se comenzó a armar un complejo rompecabezas en el que los nombres de Juan Guaidó, Juan José Rendón y Sergio Vergara, tienen un protagonismo bochornoso para la historia de Venezuela. El trío autorizó al mercenario norteamericano Jordan Goudreau a operar en Venezuela con plenas libertades, causando muertes civiles y militares y mandando a freír monos a la soberanía nacional.

Para articular cualquier acción de esta naturaleza, es de suponer que hay fuertes sumas de dinero para respaldarla, y se sabe de 212 millones de dólares que se dispondrían para la fase inicial de la Operación Gedeón. El problema en que ahora se ha metido Guaidó, Tendón y Vergara, es que la plata nunca llegó a manos de los mercenarios, y deberle dinero a este tipo de sujetos no es muy bueno para la salud.

Vergara y Rendón renunciaron a su cargo ficticio de comisionados presidenciales de Estrategia, que venían ocupando desde agosto pasado. Rendón, siempre desafiante y altivo, reconoce que sí firmó el contrato con la empresa de mercenarios Silvercorp, Vergara lo niega en su carta de renuncia y Guaidó guarda un silencia escandaloso. Los «comisionados» firmantes renuncian ante la evidencia del escándalo. Entre tanto, Guaidó luce inmune a la vergüenza.

Randolph Borges/VTactual.com

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