Tras la tragedia ocasionada por el desbordamiento de la represa de Vale, en Brasil, que dejó al menos 60 fallecidos y aproximadamente 300 desaparecidos, las autoridades han señalado como único responsable a la compañía que hizo los trabajos, por lo que los ejecutivos podrían asumir la responsabilidad de forma individual.
En este sentido, la fiscal general de Brasil, Raquel Dodge, señaló que los empresarios tendrían que enfrentar un caso judicial, tras la tragedia que embargó a cientos de familias en las poblaciones cercanas a la mina Corrego do Feijao.
En este mismo orden, el presidente ejecutivo de Vale, Fabio Schvartsman, indicó que las instalaciones fueron construidas en apego a los estándares establecidos en las leyes brasileñas, y que recientemente se había llevado a cabo un proceso de revisión, donde se había constatado que la infraestructura estaba estable.
Por su parte, la población que fue víctima, aun permanece consternada, ante la situación, en la que el barro arrasó con varias de las oficinas locales de Vale, incluso, una cafetería donde se encontraban diversas personas. «La cafetería estaba en un área de riesgo», señaló Renato Simao de Oliveiras, de 32 años, mientras buscaba a su hermano gemelo, empleado de Vale, en una estación de emergencia. «Solo para ahorrar dinero (…) Esos empresarios sólo piensan en ellos mismos».
«Hay formas seguras de practicar la minería«, afirmó Joao Vitor Xavier, jefe de la comisión de minería y energía en la asamblea estatal. «Es solo que disminuye los márgenes de ganancia, por lo que prefieren hacer las cosas de la manera más barata y poner vidas en riesgo».
YR