Tras cinco décadas de ejercicio del terrorismo en España, la organización ETA reconoció este viernes el daño causado y anunció su disolución para mayo.
“Somos conscientes de que en este largo periodo de lucha armada hemos provocado mucho dolor, incluidos muchos daños que no tienen solución. Queremos mostrar respeto a los muertos, los heridos y las víctimas que han causado las acciones de ETA, en la medida que han resultado damnificados por el conflicto”, reza el comunicado de la organización vasca de liberación nacional.
Es necesario recordar que ETA concluyó su actividad armada en 2011. Durante ese tiempo causó cerca de novecientos muertos, centenares de heridos y múltiples secuestros.
Las reacciones ante el comunicado han sido encontradas aunque en su mayoría positivas. Por un lado, analistas y políticos lo consideran un triunfo del estado de derecho. Así lo han expresado el gobierno de Mariano Rajoy, el PSOE y la Comisión Europea, entre otros.
En la acera contraria, las asociaciones de víctimas tienen amplias críticas. La presidenta de la Fundación Víctimas del Terrorismo, María del Mar Blanco, manifestó que no le sirve un perdón que distingue entre las víctimas que «se merecían la bomba» y las que no lo hacían.
El juez de la Audiencia Nacional Eloy Velasco, afirmó que el comunicado es ineficaz “porque los miembros de la banda no han manifestado su intención de colaborar para resolver los más de 300 crímenes que quedan pendientes”.
Francia, aliada de España en la lucha antiterrorista, se expresó a través del exprimer ministro Manuel Valls. “ETA debe pedir perdón no solo a la sociedad vasca, sino a toda la sociedad española”, dijo.
En el comunicado la organización impulsa la reconciliación como una de las tareas a llevar a cabo.
El proceso de disolución será llevado a cabo, por decisión de ETA, a través del Grupo Internacional de Contacto (GIC). Es el mismo grupo que intervino el proceso que condujo al cese definitivo de las acciones armadas.
ER