En algún lugar lujoso, los ideólogos de esta nueva oleada de violencia contra Venezuela deben estar celebrando la noticia de una nueva muerte, que los acerca más a lograr sus objetivos políticos y financieros.
21 años tenía Orlando Figuera; toda una vida por delante. Su error, pasar por Altamira y olvidar que ésta es una lucha de clases en la que el fenotipo es una señal clara del bando al que perteneces, si eres negro y pobre, automáticamente eres el enemigo: chavista.
Orlando trabajaba como parquero en un reconocido centro comercial en el este de Caracas, vivía en los Valles del Tuy, estado Miranda, pero ese día, el 20 de mayo decidió quedarse en casa de un hermano en Petare, otra zona popular de la entidad mirandina.
Orlando pasó por uno de los municipios más ricos del país, su hermosa piel morena encendió las alarmas de los fascistas. A la voz de infiltrado y chavista comenzaron a atacarlo. 80% de su cuerpo quemado y puñaladas por todo el cuerpo fue el resultado de esta acción terrorista, de la que probablemente no hablarán los jóvenes estudiantes de derecha, porque Orlando no era de su clase.
Para los barrios, para los pobres y para los venezolanos que aman al país, que son la mayoría, este domingo amaneció enrarecido, callado, como con una lágrima que asoma sin saber por qué, hasta que la noticia atravesó el corazón de los que aman, Orlando murió de un infarto cardiopulmonar.
Acaba de fallecer de paro cardiopulmonar joven Orlando Figuera, apuñalado y quemado en vida por mentes enfermas de odio en Altamira el 20/5 pic.twitter.com/WMB6HLP3eb
— Ernesto Villegas Poljak (@VillegasPoljak) June 4, 2017
Pero no fue suficiente con las quemaduras y las puñaladas, sino que además un médico intentó lavar el rostro de sus asesinos, al decirle a la madre de Orlando que lo habían quemado unos indigentes. Pero ella sabe muy bien quiénes son los responsables de este crimen.
Esto me dijo Inés Esparragoza, la mamá de Orlando Figuera, esta noche antes del deceso de su hijo en el Hospital Domingo Luciani pic.twitter.com/t3k3oFcZWA
— Ernesto Villegas Poljak (@VillegasPoljak) June 4, 2017
El nombre de Orlando no lo usarán como bandera para seguir en la calle, tratarán de borrarlo. Habrá que esperar la reacción de la Fiscal General sobre su muerte, pero por lo que dictan sus últimas acciones, ignorará esta muerte causada por el odio y el fascismo de la derecha que también ha decidido obviar. Orlando es hoy un mártir y una prueba contundente de lo que tienen reservado para el pueblo de a pie.
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JS