La noticia de que Israel se sumará a la coalición de patrullaje que ideó Estados Unidos para supervisar el comercio por el estrecho de Ormuz, los tambores de la guerra han redoblado nuevamente en una región ya bastante inestable. La coalición de patrullaje fue rechazada por los aliados de Washington que buscan evitar una confrontación mayor, pero el gobierno israelí no tiene problemas en protagonizar nuevas acciones de provocación.
Frente a ello, el gobierno iraní anunció con contundencia que «cualquier presencia ilegítima de Israel en aguas del golfo Pérsico podría desatar una guerra«, según dijo Alireza Tangsiri, jefe de la Marina de la Guardia Revolucionaria de Irán, en una entrevista difundida por diferentes medios locales.

El funcionario persa comunicó que «siempre que nuestros comandantes lo deseen, son capaces de detener cualquier buque, aunque esté acompañado por fuerzas estadounidenses y británicas», lo que podría recrudecer las ya tensas relaciones entre Irán y los aliados de EEUU, que ven con preocupación el retiro de Washington del acuerdo nuclear con los iraníes.
La Operación Centinela no tiene muchos amigos
Desde finales de julio el Secretario de Estado de EEUU, Mike Pompeo, anunció que su país crearía una coalición marítima para patrullar el estrecho de Ormuz para “mantener seguras las rutas de comercio por la zona”, lo que Teherán considera como una amenaza a su territorio y al control que ejerce en el canal de navegación, que también incluye aguas internacionales.

Aunque inicialmente Washington dijo que su “coalición” sería un «esfuerzo marítimo multinacional», la mayoría de las naciones aliadas en la Unión Europea han rechazado formar parte de ella y por el contrario, abogan por retomar el acuerdo nuclear de 2015. Sólo Reino Unido y ahora Israel, se han sumado a la iniciativa estadounidense que amenaza nuevamente la paz de la región.
RB