Este lunes, fue puesto a la orden de la justicia venezolana, el teniente coronel, Ovidio Andrés Carrasco Mosqueda, de 39 años, por presuntamente incurrir en actos de traición a la Patria, al participar como espía durante sus labores como Guardia de Honor en el Palacio de Miraflores.
A través de diversas investigaciones preliminares, se pudo determinar la vinculación de Carrasco, con distintos miembros políticos de la Casa Blanca, en Washington y con el dirigente opositor, Julio Borges, quien permanece prófugo de la justicia venezolana, tras dirigir el intento de asesinato del presidente constitucional de Venezuela, Nicolás Maduro.
De acuerdo, con el portal digital La Tabla, durante 12 años de su estadía en el Palacio de Miraflores, Carrasco, estuvo a cargo de la Dirección de Comunicaciones de la Guardia de Honor Presidencial, desde donde se presume tuvo acceso directo a informaciones confidenciales, que posteriormente fueron facilitadas al dirigente opositor.
Esta estrategia, adoptada por la oposición venezolana procede de sus principales aliados estadounidenses, quienes han utilizado el espionaje como la actividad principal en medio de la Guerra Fría, a través de agencias como la CIA, con el objetivo de desestabilizar Gobiernos adversarios a sus ideales.
El espionaje es muy importante para EE.UU, quien en su momento logró tener acceso a información restringida o simplemente obtener una herramienta para incurrir en la desinformación.
YR