Tras los sucesos del 19 de abril de 1810, la situación política en Venezuela cambió drásticamente. La realidad colonial se había hecho insostenible y la necesidad de encauzar a la patria hacia un tiempo mejor, permitió que los acontecimientos siguientes se dieran de forma contundente y acelerada.
En la mayoría de las ciudades y provincias que conformaban la antigua Capitanía General de Venezuela, se establecieron Juntas Provinciales a favor de la Junta Central de Caracas. Igualmente, siguiendo el ejemplo venezolano, una acción en cadena se produjo en otros lugares del continente, instalándose gobiernos autónomos en otras capitales suramericanas.
Pese a su condición institucional y originaria de defensa a los derechos del rey Fernando VII, la Junta Suprema de Caracas estableció las condiciones necesarias para que Venezuela tomará el control definitivo de su destino y, en menos de un año, instalar el primer Congreso Constituyente de Venezuela el 2 de marzo de 1811.
Un acto que sería de gran trascendencia para ese momento y así lo reseñaría la Gazeta de Caracas: “El día 2 de Marzo ha sido el que ha sancionado irrevocablemente los destinos de Venezuela. Bajo los auspicios de la paz, de la unanimidad, de sentimientos, y de la tranquilidad pública se han instalado las primeras Cortes que ha visto la América; más libres, más legítimas y más populares, que las que se han fraguado en el otro hemisferio para alucinar, y seguir encadenando la América.”
La consulta electoral
Uno de los primeros pasos de la Junta como gobierno autónomo, fue la presentación del reglamento para la elección de los diputados del Congreso Constituyente, para ello, instruyó al periodista y político Juan Germán Roscio, para que redactara dicho instrumento legal que normaría el proceso electoral que tuvo lugar entre octubre y noviembre de 1810.

El reglamento fue publicado en la Gazeta de Caracas a partir de junio de 1810 y en ella, se podría avizorar la firme intención de crear nuevas instancias de poder más soberanas y adaptadas a las exigencias que los nuevos tiempos requerían.
Así, dando muestra de su compromiso ante la realidad política y como un acto de desprendimiento del poder absoluto, el reglamento expresaba la voluntad y la importancia de la consulta: “La Junta Suprema de estas provincias, al revestirse del alto carácter que una parte considerable de vosotros le ha conferido, no pudo disimular que la naturaleza y términos de su constitución le imponían imperiosamente la necesidad de convocaros para consultar vuestros votos y para que escogieseis inmediatamente las personas que por su probidad, luces y patriotismo os parecieran dignas de vuestra confianza.”
Aquél 2 de marzo
En un acto solemne que tuvo lugar en la casa del Conde de San Javier, muy cerca de la plaza mayor de Caracas, se instalaría, aquella mañana del 2 de marzo de 1811, el Primer Congreso Constituyente de Venezuela.

Asistirían 30 de los 43 diputados electos de las Provincias de Cumaná, Caracas, Barinas, Margarita y Mérida. A los días siguientes se incorporarían los representantes de Barcelona y Trujillo.
La ceremonia fue descrita como un acto de júbilo y patriotismo. Cada diputado fue entrando a la voz del llamado del maestro de ceremonia, ubicándose en dicho orden en la sala prevista para el encuentro. El diputado Felipe Fermín Paúl fue seleccionado por los asistentes, como el primer presidente del Congreso y como secretario, se nombró al diputado Francisco Isnardi.
El lugar se encontraba adornado con monumentos que reflejan la majestuosidad de la ocasión, acompañado de orquestas que entonaban canciones que amenizaban el lugar junto a las aclamaciones del pueblo que se apostó en las inmediaciones para visualizar todos los acontecimientos del día.
Al dirigirse a la Catedral para asistir a los oficios que acompañarían la ceremonia de instalación, se abrió una marcha del llamado destacamento de Cuerpo de Agricultores, quienes acompañaron a los diputados hasta las puertas de la iglesia.
Sí juramos
Luego del proceso protocolar de instalación y llevado a cabo la orden del día, se procedió a realizar el juramento de los diputados, el cual tuvo lugar en la Catedral de Caracas, tras los oficios eclesiásticos se leyó el juramento que mencionaba la defensa de la soberanía y el respeto a las leyes y disposiciones del Congreso, así como la oposición a cualquier otra forma de dominación.
Dicho juramento dejaba entrever la independencia como dictamen necesario de los pueblos frente a cualquier imposición, dirección que tomaría esta nueva instancia de poder. Si bien, por las condiciones del momento, aún presentan su postura de defensa al reinado español, por otro lado, dejó muy claro la autonomía de sus decisiones y asomó desde un primer momento, la independencia de fuerzas externas al territorio venezolano. Y así este cuerpo colegiado lo demostraría cuatro meses después, cuando en la sesión del 5 de julio de 1811, declara la absoluta independencia de Venezuela.
El hecho de haberse instalado un Congreso Constituyente en la Caracas de 1811, expresaba el deseo imperioso de ser libres y dejar atrás la huella oscura de la dominación colonial. Este Congreso sesionaría hasta el mes de abril de 1812 y durante este tiempo se establecieron los diversos instrumentos, leyes, acciones y la constitución que dio cuerpo y sentó las bases para la construcción de la incipiente República de Venezuela.
Simón Sánchez/VTactual