Por Jessica Sosa
Rodrigo Granda posee una clarividencia sorprendente sobre la geopolítica latinoamericana. Durante la entrevista, de inmediato surge el tema de la situación actual en Venezuela, “es muy pretencioso tratar de dictar cátedra sobre estos temas, pero por experiencia te digo, hay una lucha de clases hay una lucha interimperialista”, afirma sin un ápice de duda.
Explica que alrededor de la nación suramericana hay varias potencias en el plano internacional “buscando las materias primas que se están agotando en el mundo, las rutas comerciales, incluso la incidencia cultural. Entonces en esa disputa interimperialista, Nuestra América en su conjunto es víctima del ataque más feroz del imperialismo”.
En ese contexto, Granda asegura que el problema de Venezuela, “su desgracia, es ser un país absolutamente rico: toda la tabla periódica de los elementos hasta ahora conocidos y los que se están descubriendo, están en el sagrado territorio bolivariano. El petróleo, gas, coltán, sus aguas, las costas, que además se vienen contaminando desde Colombia”, dice.
Considera que en esta lucha, se manifiesta “por un lado el imperio norteamericano, que quiere esas reservas de más de 3 mil millones de barriles de petróleo, gas, oro, coltán y la ruta directa hacia el norte”, pero también los intereses de China y Rusia respecto al tema y las inversiones que tienen en Venezuela, sostiene que estos países “buscan preservar sus capitales y eso en cierta medida ha sido una garantía para que los gringos no puedan meterse tan libremente como lo hubiera podido hacer sin la existencia de esas contradicciones en el campo interimperialista”.
No obstante, Granda sostiene que Venezuela cuenta con una fortaleza, que radica en “el factor conciencia del pueblo venezolano, así como la fortaleza institucional de la fuerza Armada Nacional Bolivariana”.
Al ser consultado sobre la situación económica y social del país, sostiene que se trata de un panorama complicado y lo atribuye principalmente al bloqueo propinado por Estados Unidos, que le impide a la nación acceder al sistema financiero internacional y a la compra de insumos, medicinas y alimentos.
Sin embargo, reconoce que “los revolucionarios han cometido errores, eso nos pasó a nosotros también a la guerrilla, cometimos errores, pero lo importante es que hay una voluntad política de mejorar eso y de permitir a la población que resuelva soberanamente sus problemas internos”.
Diálogo: única vía para la paz
Granda tuvo un rol protagónico para la consecución de un camino de paz para Colombia, luego de más de 60 años de conflicto armado. Estuvo al frente de las conversaciones que se dieron tanto en Noruega como en Cuba y participó en conversaciones con otras naciones que tuvieron relevancia en este escenario, como Venezuela.
“Todo el pueblo colombiano tiene una deuda de gratitud muy grande con (Hugo) Chávez y con este pueblo por eso es que nos duele que mientras estamos trabajando por la paz, que un gobierno como el de Colombia promueva una guerra contra Venezuela nos duele” afirma.
Para el ex guerrillero, el diálogo es la única vía para evitar un conflicto como el colombiano, en el que además la guerra ha sido azuzada por un histórico terrorismo de Estado.
Para Granda, es de vital importancia la participación de Noruega, país al que calificó un excelente garante de la paz. Evidentemente lo afirma por el rol que ha tenido respecto a la firma de la paz de Colombia y como acompañante para que se cumplan los acuerdos alcanzados en La Habana, Cuba.
Reconoce que actualmente en Venezuela el escenario es sumamente complicado, sin embargo advierte que “los revolucionarios venezolanos han tenido un tacto y una sutileza en el manejo de todo esto, que descuadraron el ajedrez de la guerra que había planteado el imperio, lo digo porque nosotros somos testigos de cómo se movieron los gringos, toda la extrema derecha, el presidente (Iván) Duque a ver cómo respaldaban al impostor (Juan) Guaidó “
Relata que para el 23 de febrero, fecha en que tenían planteado el ingreso de la supuesta ayuda humanitaria incendiada por factores de derecha para calentar el ambiente en la frontera, el despliegue en Colombia “parecía como una caravana que saldría victoriosa de la frontera hasta llegar a Miraflores y mira que se les escurrió el agua entre los dedos. Y quedaron como unos soberanos idiotas frente a la valentía de un pueblo que admiraba y aplaudía lo que hacía el Gobierno venezolano”.
Granda confía en que pronto pueda consolidarse una estrategia definitiva para el diálogo en Venezuela, “ojalá jamás ni nosotros ni ningún pueblo hermano deba tomar las armas, porque ya sabemos el costo de la guerra en términos de sufrimiento. Ustedes tienen gente muy inteligente y estructurada preparada en la cuestión diplomática”, asevera con confianza.
Con Granda, Colombia, sus conflictos y retos, van y vienen de manera permanente durante la entrevista. En una próxima entrega de esta entrevista, el relato acerca del tema de una crisis humanitaria, que no interesa a los grandes medios ni a los centros de poder político en la región, pero que lleva décadas.