Venezuela fue reelegida como miembro del Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas pese a la campaña de desprestigio emprendida por países de la región y grandes potencias para impedirlo.
Con 105 votos, Venezuela se quedó con su asiento en el grupo de países que representan a América Latina y el Caribe en el Consejo, pese a la «campaña feroz» impulsada por EE. UU., como la ha calificado el canciller, Jorge Arreaza.
«Hoy nos atrevemos a calificar de histórica a esta elección, porque nos enfrentamos a una campaña feroz por parte de EE. UU. y sus Gobiernos satélites», dijo Arreaza quien lamentó el papel jugado por Costa Rica, que intentó cerrarle el paso a Venezuela.
Junto a Venezuela, fue electo Brasil (153) para los dos curules que corresponden a la región, pese al apoyo mediático y diplomático brindado a Costa Rica, que competía por el asiento.
Diversos gobiernos de países que están en contra de Venezuela, amparados por Estados Unidos, ONG’s internacionales como Human Right Watch y hasta los famosos «diputados (venezolanos) en el exilio», hicieron durante semanas campañas en contra de la candidatura del país en el organismo de la ONU y a favor de Costa Rica.
La decisión se dio pese al llamado «Informe Bachelet», emitido por la Alta Comisionada para los Derechos Humanos de la ONU, Michelle Bachelett, quien ha señalado a Venezuela de cometer violaciones recurrentes contra los DDHH.
Sin embargo, el Gobierno de Nicolás Maduro, ha rechazado las dos versiones del informe, argumentando que está plagado de mentiras y de que no hay pruebas fehacientes de lo que allí se afirma.