A última hora los mandatarios de Estados Unidos y Venezuela, Donald Trump y Nicolás Maduro, respectivamente, decidieron no asistir a la VIII Cumbre de las Américas que se desarrollará en Lima, Perú, el 13 y 14 de abril.
El primero en anunciar su ausencia fue el mandamás de la Casa Blanca. A raíz del supuesto ataque con armas químicas en Siria y su decisión de enviar tropas norteamericanas, el mandatario consideró que era mejor quedarse en Washington a monitorear la situación.
Por su parte, el presidente venezolano informó que desistió en la idea de llegar “a toda costa” a la reunión -a pesar de que fue vetado ilegalmente para asistir-. La razón: Se quedará en las celebraciones que conmemoran el rescate de la democracia tras el efímero golpe de Estado contra Hugo Chávez en el 2002.
Denunció nuevamente las pretensiones del país anfitrión y algunos gobiernos miembros quienes impulsaron el veto contra Venezuela en la reunión más importante del hemisferio.
Destacó que Rex Tillerson, ex secretario de gobierno de EE. UU y Pedro Pablo Kuczynski, ex presidente de Perú, cumplieron con las órdenes impuestas y sin embargo, fueron removidos (el primero por el mandatario estadounidense y el segundo renunció antes de ser sacado por el Congreso).
El mandatario caribeño consideró que Trump no irá a Lima porque sigue considerando que “es su patio trasero» y, además, maneja a su antojo a los presidentes Juan Manuel Santos, Mauricio Macri y Enrique Peña Nieto.
El lugar de Trump en la cumbre lo ocupará el vicepresidente, Mike Pence.
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