A través de un comunicado que circula por distintos medios de comunicación, el vicepresidente de Estados Unidos, Mike Pence, ordenó derrocar el gobierno del presidente legítimo de Venezuela, Nicolás Maduro, en un acto de abierta injerencia en los asuntos internos del país suramericano.
En su intervención, el funcionario estadounidense determina, sin prueba alguna, que Maduro es un dictador que «no ha ganado limpiamente» ningún proceso electoral. En ese sentido manifestó su respaldo a Juan Guaidó, nombrado presidente de la Asamblea Nacional, que desconoció al resto de los poderes públicos del país, por lo que fue declarada en desacato.
Estas declaraciones fueron rechazadas por la vicepresidenta de Venezuela Delcy Rodríguez, quien denunció el hecho injerencista ante la opinión pública. «Pretende (Pence) ahora venir a gobernar a Venezuela dando instrucciones de lo que deben hacer… llamando a un golpe de Estado y nosotros no vamos a permitir que se inmiscuyan en los asuntos internos de la Patria de Simón Bolívar y el Comandante Hugo Chávez», sentenció.
Por otra parte, Atilio Borón, sociólogo y politólogo argentino, calificó de «farsante» al vicepresidente de Estados Unidos, de quien dijo que «nunca se ha preocupado por ningún pueblo del mundo«, y que sólo esean poner sus manos en las enormes riquezas de Venezuela.
Las declaraciones de Pence se producen el mismo día en que la Asamblea Nacional en desacato, nombró un representante ante la Organización de Estados Americanos (OEA), en usurpación clara de las funciones de gobierno. Con esta acción, quienes tomaron esta decisión podrían enfrentar problemas legales, por lo que el comunicado de Pence viene a justificar las acciones desestabilizadoras.
RB