Mundialmente se conoce el Síndrome de Estocolmo, a la simpatía que desarrollan algunos rehenes por sus captores. Esta parece ser la causa por la que algunos países latinoamericanos, tradicionalmente empobrecidos, invadidos y asediados por estado Unidos, hoy se sientan con el presidente de ese país a planificar acciones contra un vecino latinoamericano: Venezuela.
Así las cosas, la noche de este lunes, el secuestrador de la paz americana, El presidente de EEUU, Donald Trump, invitó a sus rehenes a una cena, para continuar ablandando sus corazones y disfrutando de sus complacencias. Altas autoridades de Argentina, Brasil, Colombia y Panamá acudieron a la cita y asintieron a todas las intenciones imperiales.
Ante esta acción, el Gobierno venezolano emitió un comunicado en el que calificó de «indignos representantes de sus pueblos» a estos dirigentes de la región y reiteró que «Venezuela continuará defendiendo su independencia y resistiendo con firmeza los ataques de un gobierno racista en Estados Unidos que busca doblegar a toda la región».
A continuación el texto íntegro del comunicado.
El Gobierno de la República Bolivariana de Venezuela denuncia ante los pueblos del mundo las nuevas amenazas en contra de la soberanía, la paz y de la estabilidad de nuestro país, emitidas en una cena ofrecida por el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, a las más altas autoridades de estado de Argentina, Brasil, Colombia y Panamá donde fueron conminados a incrementar la campaña de agresiones contra Venezuela. Sabemos que los pueblos hermanos de estos países rechazarán estas acciones y exigirán a sus gobernantes actuar con dignidad en defensa de la soberanía de Nuestra América, pues estamos seguros de su solidaridad.
El presidente Trump tiene una obsesión fatal con Venezuela producto de sus ideas supremacistas blancas, pero contamos con los pueblos del mundo y estamos preparados para seguir derrotando en los planos político y diplomático, y en cualquier otro que sea necesario, las nefastas agresiones del gobierno estadounidense.
Es vergonzoso y detestable que el presidente Santos, buscando prevenir una sanción por parte del gobierno estadounidense por el incremento desmesurado de la producción de cocaína, recurra a la táctica de proyectar a Venezuela como un factor de desestabilización en la región y llegue al punto de llamar a una transición del gobierno venezolano, cuando durante años Venezuela ha sufrido las consecuencias de la guerra civil colombiana, y a pesar de ello, hizo todo lo posible para garantizar la paz en Colombia.
Estos indignos representantes de sus pueblos van a Nueva York al principal espacio de concertación internacional, no a abordar los grandes problemas que enfrenta la región: el sufrimiento de los inmigrantes, la necesidad de saldar la deuda social y promover el desarrollo sustentable, combatir el narcotráfico comenzando por el principal mercado de consumo, o abordar las consecuencias del cambio climático, manifestadas recientemente en el paso de huracanes por el Caribe. Por el contrario, se someten y subordinan a las directrices del presidente Trump contra Venezuela.
La República Bolivariana de Venezuela continuará defendiendo su independencia y resistiendo con firmeza los ataques de un gobierno racista en Estados Unidos que busca doblegar a toda la región. Venezuela es una nación orgullosa de su historia forjada por mujeres y hombres que dieron su vida por la libertad que disfrutamos hoy. No habrá presidente supremacista que pueda contra nuestro pueblo.
Caracas, 19 de septiembre de 2017
JS