El programa nuclear estadounidense, que ha utilizado al mundo como su laboratorio, continúa haciendo estragos en algunas islas del océano Pacífico en donde se detonaron alrededor de 67 bombas nucleares que hoy en día representan un riesgo de radiación para las poblaciones cercanas, mucho mayor que el producido por los desastres de Chernobil y Fukushima.
Así lo determinaron un grupo de investigadores de la Universidad de Columbia, quienes destacan en sus informes que el suelo marino y los frutos que crecen en el atolón Bikini, Rongelap y las islas de Naen tienen niveles de contaminación radiactiva mayores que los establecidos en Rusia, Ucrania, Bielorrusia (países afectados por el desastre de Chernóbil, ocurrido en la URSS en 1986) y Japón (Fukushima, en el 2011).
En Bikini, las concentraciones de plutonio son de entre 15 y mil veces mayores que en las muestras recogidas en las áreas afectadas por los mencionados desastres nucleares.
Las más de 53 mil personas que habitan las islas Marshall, epicentro de esta diatriba nuclear, se enfrentan además a la fuga de los desechos que EEUU resguardó en una cúpula de hormigón en el atolón Enewetak, hacia el océano Pacífico.
La cúpula, construida por el gobierno estadounidense con la mano de obra de cinco mil veteranos, debe ser reparada con fondos provenientes de las Islas Marshall, luego de que en 1980 el país insular aceptara dejar en el olvido todas las reclamaciones pasadas, presentes y futuras que había hecho a EEUU sobre la materia.
Sin embargo, el costo de las delicadas reparaciones que necesita la cúpula supera exorbitantemente al Producto Interno Bruto (PIB) de la isla, por lo que su presidenta Hilda Heine ha solicitado la intervención de la Organización de Naciones Unidas y del propio gobierno de EEUU.
Como dato relevante en esta historia se encuentra que las autoridades estadounidenses dijeron a los veteranos que construyeron la cúpula, que los niveles de radiación que recibirían en la zona eran el equivalente a realizarse tres radiografías al año. Sin embargo, hoy casi la totalidad de las personas que participaron en la obra se encuentran muertas luego de sufrir graves enfermedades causadas por la radiación.
ARG