Un informe auspiciado por la Organización de Naciones Unidas y avalado por la Plataforma Intergubernamental sobre la Biodiversidad y los Servicios Ecosistémicos (IPBES), asegura que más de un millón de especies se encuentran en peligro de extinción por la acción humana que altera el medioambiente, incrementa los gases de efecto invernadero y la explotación de los organismos vivos.
De acuerdo con el documento, este declive sin precedentes amenaza buena parte de los objetivos de desarrollo sostenible fijados por Naciones Unidas y, por supuesto, la economía. Los expertos sostienen que maltratar a la naturaleza significa frenar la lucha contra la pobreza, el hambre y afectar directamente la salud del ser humano.

En el estudio de mil 500 páginas, elaborado durante los últimos tres años por 145 expertos de 50 países y con colaboraciones de otros 310 especialistas más, se evalúan los cambios de los ecosistemas estudiados en las últimas cinco décadas.
Allí, los expertos identifican y por primera vez clasifican, los cinco impulsores directos de los cambios en la naturaleza con mayor impacto relativo global. El primero son cambios en el uso de la tierra y el mar: tres cuartas partes del medioambiente terrestre y alrededor del 66% del marino se han visto “significativamente alterados” por la acción humana.
En segundo lugar se encuentra la explotación de organismos. En este apartado, el informe expone que el 33 por ciento de los recursos pesqueros marinos eran explotados a niveles insostenibles en 2015. A continuación, ubican el cambio climático puesto que las emisiones de gas de efecto invernadero se han duplicado desde 1980 y han provocado el aumento global de la temperatura en al menos 0,7 grados centígrados.

El cuarto impulsor es la contaminación: la polución plástica se ha multiplicado por diez desde 1980 y, finalmente, las especies foráneas invasoras, que han aumentado un 70% desde 1970 en al menos 21 países.
Detalla el estudio del IPBES que la abundancia promedio de especies nativas en la mayoría de los principales hábitats terrestres ha disminuido en al menos un 20%, en su mayoría desde 1900. Lo mismo ha ocurrido con más del 40% de las especies de anfibios, casi el 33% de los corales y más de un tercio de todos los mamíferos marinos.
Al respecto, el Presidente de IPBES, Sir Robert Watson, enfatizó que las tendencias negativas -de no impulsar un cambio en los hábitos de vida y consumo- continuarán hasta 2050.
«Estamos erosionando los cimientos de nuestras economías, medios de vida, seguridad alimentaria, salud y calidad de vida en todo el mundo”, concluyó.
ARG