Al menos siete niños han fallecido bajo la custodia de las autoridades migratorias estadounidenses desde diciembre de 2018 hasta la fecha, dejando al descubierto la tragedia que viven los niños migrantes que atraviesan la frontera en busca del “sueño americano”.

Mariee Juárez, Jakelin Caal, Felipe Gómez y Juan de León, cuatro de los niños fallecidos en manos de las autoridades migratorias de EEUU. Foto de Prensa Libre
Según las cifras de la Patrulla Fronteriza Estadounidense (U.S. Border Patrol) sólo en marzo de este año arrestaron a más de 92.000 inmigrantes ilegales a lo largo de la frontera con México de los cuales casi 9.000 eran menores que estaban sin compañía de adultos.
Se estima que, hasta los momentos, los niños que se arriesgan a cruzar la frontera Sur de los EEUU suman 20.000. El 90% de ellos cayeron en manos de las autoridades migratorias, del otro 10% nada se sabe. Todos ellos tuvieron que sortear enfermedades, deshidratación, hipotermia, abusos y, en muchos casos, explotación sexual en medio del desierto.
En manos de los “coyotes”
La pobreza extrema que se vive en sus países de origen hace que parejas centroamericanas atraviesen el desierto buscando mejores condiciones de vida. Usualmente dejan a sus hijos con parientes hasta que logran asentarse en los EEUU. Una vez que lo hacen envían los dólares que se necesitan para que los “coyotes” hagan cruzar la frontera a sus hijos.
Los pequeños suelen traspasar la frontera de la mano de un conjunto de migrantes, a veces incluso pasan de grupo en grupo. Llevan escritos en su ropa o en pequeños papeles los teléfonos de sus familiares en Estados Unidos para que los ubiquen, si otros migrantes logran pasar.
Organismos de Derechos Civiles relatan que la gran mayoría de los infantes son abandonados en la zona desértica de Arizona o Texas cuando el grupo choca con las patrullas de seguridad. El proceso es profundamente perturbador y traumático para ellos.
Cuando llegan a la “tierra prometida”
Los migrantes que son capturados por la Patrulla Fronteriza son trasladados a sus centros de reclusión donde son alojados en unas celdas llamadas “perreras”. En el caso de los menores que viajan con familiares, son separados de sus madres si ya son mayores de 6 años.
De acuerdo con testimonios recopilados por organismos sociales estadounidenses los niños sufren de torturas psicológicas, por ejemplo, les dicen que más nunca verán a sus padres. También son despertados en medio de la noche y si no lo hacen son agitados violentamente, sin importar si son muy pequeños.

Pediatras exhortan a las autoridades de EEUU evitar nuevas muertes
Tras los 7 decesos de los menores en las “perreras”, la Academia Estadounidense de Pediatría (AAP) exhortó a su Gobierno para que preste cuidados especiales a los niños inmigrantes detenidos en la frontera ante las denuncias de las malas condiciones en las que viven cuando están bajo custodia federal y el riesgo a que aumente el número de muertes.
«Las instalaciones de la Patrulla Fronteriza no son las adecuadas para alojar a niños, y mucho menos para detectar enfermedades o evitar riesgos de salud», aseguró a la agencia de noticias Efe la doctora Julie Linton, copresidenta del grupo de interés especial para la salud de inmigrantes de la AAP.
La situación es de tal gravedad que el propio secretario interino del Departamento de Seguridad Nacional, Kevin McAleenan, admitió recientemente ante el Congreso que «será difícil evitar más muertes de niños en custodia» a menos que reciban fondos extras para lidiar con el flujo sin precedentes de familias migrantes en la frontera.
Ante esta gran afluencia de inmigrantes la AAP ha reiterado su recomendación al Gobierno estadounidense de no separar a los niños de sus padres o de los adultos que los acompañen, y que en el caso de que ello ocurra, que se los trate con dignidad, respeto y se atienda su salud y bienestar.
Y mientras tanto Trump…
Tras el fallecimiento de los niños guatemaltecos – Jakelin Caal (7 años) y Felipe Gómez Alonso (8 años) – el pasado mes de diciembre el Presidente de los Estados Unidos, #DonaldTrump, responsabilizó a los demócratas:
«Cualquier muerte de niños u otras personas en la frontera es culpa de los demócratas y de sus patéticas políticas de inmigración, que permiten a las personas cubrir el largo camino pensando que pueden entrar de manera ilegal en nuestro país. No pueden. Si tuviéramos un muro, ¡ni siquiera lo intentarían!»,

Tras la muerte de 5 niños más, el inquilino de la Casa Blanca todavía insiste en que los recursos vayan a la construcción del muro fronterizo en vez de dar adecuada atención a los menores migrantes.
EG