De cara al referéndum del 1 de octubre y posterior a la gran movilización con más de un millón de personas realizada el día de la Diada, el movimiento independentista genera fuerza internacional y el ambiente político de España toma tensiones nunca antes vistas.
Los conservadores hablan de un «engaño» a la población catalana donde se les ofrece una calidad de vida que no está documentada ni con una ley ni con un contrato, ignorando la ilegalidad y la consecuencia a nivel continental de las mismas.
En soporte a esto varios líderes de países de la Unión Europea (UE) se han manifestado, como por ejemplo, Emmanuel Macron, quien ofreció esta frase: «tengo un socio y es España en su conjunto» o como la no menos importante canciller Angela Merkel, quien hizo un llamado rotundo a respetar la legalidad en apoyo a la constitución española
Se trata de quizá, para los conservadores, un salto a la nada con un horizonte lleno de fracasos donde no se está asegurando ninguna de las bases políticas, sociales y económicas y se está invitando a una población a unas urnas electorales totalmente vendados contra las verdaderas consecuencias.
Obviamente, en el marco transnacional, encontramos voces que apoyan al movimiento independentista. Yanis Varoufakis, ex ministro de finanzas griego, declaró que todo se trata de «Madrid queriendo aplastar a Cataluña para dar una lección». También Julian Assange de manera contundente declaró, luego de la Diada, a través de su cuenta Twitter: «Si lo de hoy debe servir como guía, el 1 de octubre nacerá una nueva nación de 7.5 millones de personas o una guerra civíl».
A todo este escándalo se une la verdadera situación geopolítica a nivel mundial, empezando por EE.UU. que en el marco de las complicadas relaciones con el Reino Unido en el post-Brexit quizá pueda estar apoyando a Cataluña al mejor estilo de Kosovo, señalando de igual manera que la nación que más sigue de cerca el movimiento es Israel, actual aliado estratégico de la nación norteamericana.
Muchos son los escenarios posibles, unos han llamado a todo este proceso una «cortina de humo», otros lo llaman un «levantamiento ante el imperio». Lo cierto es que ya está pautado, ilegal o no, un referéndum que viene cargado de polémicas y sea cual sea el resultado, tendrá un impacto en las políticas de España. De darse la independencia, Cataluña podría encontrar un total desierto en el apoyo geopolítico o podría recibir un espaldarazo. No obstante, aún falta mucha tela que cortar.
KH