Con la aprobación del proyecto de ley de retirada de la Unión Europea (UE) por parte del parlamento británico, la noche del lunes, se desató la verdadera batalla y las reales consecuencias para el gobierno conservador, al que le toca el lado más hostil, debido a las decisiones que deberá tomar para el futuro del país monárquico.
El texto aprobado ya comenzó a ser analizado y a pesar de su juventud, los partidos contrarios no han descansado en presentar enmiendas contra el actual proyecto, y advertir que votarán en contra en la próxima lectura que está prevista para el mes de octubre.
Por su parte, la primera ministra conservadora Theresa May celebró la «histórica decisión» e indicó que aún quedan importantes debates que hacer frente a la UE para continuar con el proyecto y generar fructíferos resultados.
Esta ley busca ir poco a poco modificando las actuales leyes europeas para así ir adaptándolas de cierta manera a los intereses de la nación. Sin embargo, actuales diputados que votaron a favor, solo para generar seguridad jurídica, ven amenazada su decisión y posiblemente estarían discutiendo para volver a estar en contra en una próxima lectura, por ejemplo, el Partido Laborista que apoyó la legislación pero en las ultimas semanas decidió oponerse al proyecto.
La tercera fuerza política del parlamento, el Partido Nacionalista Escocés, se posicionó en contra, ya que, a su juicio, el proyecto los exilia de áreas como la pesca y la agricultura. Con todos estos detalles es preciso aclarar que la pelea apenas comienza para un gobierno británico que busca a como dé lugar impulsar un proyecto tan complicado como lo es el Brexit, por lo que deberá en los próximos días ir variando las estrategias políticas para generar un clima de interés en los partidos opositores y hacerse con la aprobación y el desarrollo del próximo modelo del Reino fuera de la UE.
KH