Durante años, la sociedad española ha estado fraccionada entre quienes piensan que “durante el franquismo se vivió mejor”, entre los que están convencidos de que se debe “pasar la página de la dictadura y olvidar” y los que afirman que “hay que hacer justicia a las víctimas del fascismo y sus familias”, en un país donde diversas organizaciones señalan que Francisco Franco y sus correligionarios asesinaron o desaparecieron a más de 180 mil personas.
Bajo esta dinámica, el episodio de la exhumación de los restos del “caudillo” del monumento del Valle de los Caídos, en octubre pasado, incluso el anuncio en los meses precedentes a decisión definitiva del Tribunal Supremo español, generó toda una polémica que bien supo capitalizar la ultraderecha para posicionarse mejor electoral y políticamente.
Nadie habría creído que, en abril pasado, durante las elecciones anticipadas convocadas por Pedro Sánchez, un partido marginal como VOX, de claro mensaje fascista y ultraderechista, podría alzar vuelo en el panorama español.
Especialmente porque en los medios de comunicación se imponían los mensajes de “olvido” o de “justicia a las víctimas”, es decir, nadie se atrevía a esgrimir en tono claro y sin tapujos, que con Franco “España fue mejor”.
Apalancados con Franco
Sin embargo, el anuncio de los socialistas y los trámites ante la justicia española, provocaron una serie de apoyos, desde sectores de la ultraderecha, hacia los deudos del dictador, sus nietos, que recurrieron las decisiones del Supremo como nunca nadie lo había hecho en la historia reciente del reino, mediante decenas de recursos de amparo contra el traslado de los restos a un cementerio municipal para evitar su exaltación.
El proceso de exhumación sirvió al presidente de VOX, Santiago Abascal, para apersonarse al cementerio de Mingorrubio-El Pardo, el mismo 24 de octubre de 2019, y realizar un discurso sobre la supuesta “utilización del cadáver por parte de los socialistas” para hacer proselitismo, de cara a las elecciones del 10 de noviembre.
Se trataba de las mismas declaraciones que esgrimió durante semanas previas, en cualquier mitín o reunión política, con las que logró emocionar a buena parte de su electorado, quienes coquetean con el fascismo, profesan un catolicismo muy ortodoxo y/o consideran supersticiosamente que resulta “un acto atroz meterse con un muerto”.
Fascismo impúdico
Abascal movilizó, sin pudor, el mensaje y la creencia de que con “Franco, España estaba mejor”, para lo cual generó toda una campaña en la que se agradecía al caudillo, se solicitaba a Pedro Sánchez dejar al dictador “en paz” y se gesticulaban “saludos nazis”.
El asunto estriba en que, tras los comicios del 10 de noviembre, el VOX de Abascal logró lo que nadie pudo imaginar ni las encuestas prever: pasar de 24 (abril) a 52 diputados en el congreso. Por cierto, los del Partido Popular, que en muchas ocasiones se expresaron contra la exhumación –y que lo diga Pablo Casado, su presidente, que lamentó que Pedro Sánchez “haya conseguido lo que quería”- también obtuvieron mejores resultados, al pasar de 66 a 88 diputados.
FF/VTactual.com