Tras meses de un comportamiento errático en las redes sociales, el fundador de Tesla, Elon Musk, renuncia a la presidencia de la compañía tras alcanzar un pacto con la Comisión de Bolsa y Valores de Estados Unidos (SEC, por sus siglas en ingles).
El fundador de Tesla acordó conservar el cargo de consejero delegado, pero a cambio renunció por tres años a la presidencia del consejo de administración y se deberá nombrar a dos nuevos consejeros independientes.
La SEC acusa Musk de haber actuado de una manera fraudulenta con el mensaje que lanzó en Twitter el pasado mes de agosto, en el que publicó que tenía intención de sacar a Tesla de la bolsa gracias a la existencia de inversores que pagarían 420 dólares por título a los accionistas de la compañía, acto que infló temporalmente el valor de las acciones y es considerado fraudulento por las autoridades.

En este sentido, Stephanie Avakian representante de la SEC, señaló que “estas medidas están especialmente diseñadas para corregir los problemas de conducta y para prevenir nuevas distorsiones en el mercado y daños ulteriores a los accionista».
Musk no solo abandona la dirección de Tesla, también debe enfrentar las demandas presentadas por varios grupos de inversores que se sienten engañados por sus tuits y al ser el mayor accionista individual de Tesla, su fortuna se ha visto considerablemente reducida en los últimos 45 días, el empresario ha perdido unos 4.000 millones de dólares con la caída en la bolsa de la empresa.
NP
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