El gobierno de Donald Trump está analizando retomar la separación de familias de migrantes que tratan de cruzar ilegalmente la frontera entre Estados Unidos y México.
La Casa Blanca analiza volver a separar familias ante la frustración de Trump en el tema de la seguridad fronteriza, aunque aún no ha logrado conseguir del Congreso la financiación para levantar el controvertido muro que prometió en su campaña electoral.
La nueva medida sería detener juntas a las familias que buscan asilo hasta los 20 días, que es el plazo que la ley permite que un menor permanezca arrestado junto a sus padres. Entonces se daría a estos últimos la opción de quedarse todos bajo detención durante el tiempo que dure el proceso –meses o incluso años– o permitir que los niños sean llevados a un albergue gubernamental, lo que de nuevo supondría una partición de la unidad familiar.
Trump no ha dejado de aplicar medidas sin resolver las consecuencias. Desde mayo, el gobierno estadounidense ha separado a 2.300 hijos de 2.200 padres en el marco de la política de «tolerancia cero», una controvertida campaña lanzada por Trump contra la inmigración. Los jóvenes de estas familias permanecen aún en albergues inhumanos separados de sus familias.
Uno de los albergues de Texas es uno de los más ocupados por las autoridades para agrupar a los niños separados de sus familias, en varias oportunidades ha sido fotografiado y denunciado como uno de los lugares más inhumanos de los últimos meses utilizado como refugio.
NB