Los casos de brutalidad policial, aún después de la muerte de George Floyd, se siguen suscitando en EE.UU. Un par de policías golpearon a un anciano de 85 años, en Buffalo, Nueva York, derribándolo al suelo y haciéndole sangrar el oído, dejándolo inconsciente, lo que ameritó ingresarlo en un hospital, o cuando la Policía de Los Ángeles rompió la ventanilla de un vehículo para sacar a la fuerza a un afroamericano, al que a continuación tiraron al suelo y esposaron.
También se cuenta otro par de episodios, entre muchos otros: el primero en Brooklyn, durante una protesta. Un uniformado empujó fuertemente a una manifestante, Dounya Zayer, y ésta cayó al suelo, lo que le ocasionó posteriores convulsiones y conmoción cerebral.
En el segundo incidente, en Queens (también en Nueva York), un agente le bajó la mascarilla facial a un manifestante, identificado como Andrew Smith, que estaba con las manos en alto, y le roció gas pimienta en la cara.
Policía con antecedentes penales
Por si las excesivas muestras de fuerza no fuesen suficientes, también trascendió este sábado que Thomas Lane, uno de los cuatro agentes implicados en la detención de George Floyd, el 25 de mayo pasado, tiene antecedentes penales, según se desprende de la base de datos de la Justicia de Minnesota, por lo cual ha terminado juzgado y declarado culpable seis veces.
En 2001 resultó condenado por dañar una propiedad y obstruir un proceso legal; en 2004, por conducir con exceso de velocidad; y en 2007, por una fiesta ruidosa. Además, entre 2015 y 2018 se le declaró culpable de impedir el tráfico con su vehículo y dos veces por aparcar sin pagar.
Cuando solicitó convertirse en cadete, Lane tuvo que responder a un cuestionario en el que debía especificar sus antecedentes penales en los últimos 10 años, pero las autoridades de Minneapolis no hicieron públicas algunas respuestas, entre ellas las referentes a su historial delictivo.
Lane, que participó en la detención de Floyd, resultó despedido de la Policía de Minneapolis y está acusado de ayudar e incitar al asesinato involuntario en segundo grado, además de ayudar e incitar al homicidio involuntario en segundo grado.
FF/VTactual.com
Excesos policiales no cesan en EE.UU. a pesar del incidente Floyd