Desde que la vicepresidenta venezolana, Delcy Rodríguez, se entrevistó por escasos cinco minutos con el ministro de Transporte español, José Luis Ábalos, en el Aeropuerto Internacional de Barajas, en Madrid, la derecha ibérica ha conseguido hacer del hecho toda una telenovela con diversos capítulos para agregar drama y atacar al chavismo, a Venezuela y al gobierno de coalición de centro-izquierda que consiguieron pactar Unidas Podemos y PSOE.
Justamente este viernes, el mandatario venezolano, Nicolás Maduro, se refirió al mediatizado encuentro cuando ironizó que lo de Rodríguez y el ministro Ábalos es “un secreto” que su funcionaria no le ha develado, haciendo referencia al “misterio” del que tanto cacarean las empresas de información de la derecha española.
“Eso es secreto de Delcy, ella no me ha contado ese secreto, (sobre) qué hablo con Ábalos”, comentario al que la Vicepresidenta Ejecutiva simplemente sonrió y del que no hizo ninguna observación.
No obstante, Maduro sí que le dio un nombre épico al asunto, para reforzar aún más la ironía: “En España han hecho una novela, el ‘Delcygate’, siempre con la idea de perjudicar a Venezuela”, porque para el Mandatario hay “una campaña permanente en España contra Venezuela”.
La visita de Guaidó y los ataques de “los ultra”
En toda esta absurda historia, el partido de la ultraderecha franquista española VOX ha querido tener el mayor protagonismo, pretendiendo con el asunto generar un debate en el Congreso de los Diputados e impulsar desde una moción de censura hasta la dimisión de un ministro de Pedro Sánchez. Y por si fuera poco el ruido que ocasiona la tolda de Santiago Abascal, los populares de Pablo Casado también se han sumado al coro.
Y es que el breve paso de Delcy Rodríguez por Madrid, para luego continuar un viaje de trabajo hacia el Medio Oriente y Rusia, generó roncha porque la hegemonía mediática española asegura que tenía el objeto de “manchar” la ya manchada gira de Juan Guaidó, lo que se une al hecho de que Sánchez, jefe de Gobierno, no se entrevistara personalmente con el diputado autoproclamado presidente y le eximiera del tratamiento de “Jefe de Estado”.
Éstas son las razones que aducen para justificar las descargas y acusaciones en incontable centimetraje contra la administración de Pedro Sánchez.
El Delcygate, un misterio brevemente develado
No obstante, Nicolás Maduro explicó brevemente lo que sigue siendo un fenomenal lío para la clase política madrileña: Delcy llegó al aeropuerto español para dejar al ministro de Turismo, Félix Plasencia, que “estaba invitado a la Feria Internacional de Turismo de Madrid (Fitur)”.
“Nuestro ministro estuvo allí más de una semana, compartió, saludó al rey, compartió con los ministros del Gobierno de España, compartió con los empresarios, muchos empresarios españoles que quieren venir a invertir”, indicó.
Además, agregó: “En todo caso nuestra vicepresidenta siguió su gira, fue muy exitosa, por algunos países, algo que resultó público y se conoció en su momento. En otros casos se reunió en privado para conversar cosas muy interesantes. Eso no tiene nada fuera de lo normal”.
A calmar los nervios
En este sentido, se dirigió a los partidos VOX y PP (Partido Popular), que se han aliado en la causa de amenazar y generar sanciones y ataques contra Venezuela: “Calmen los nervios y dejen la persecución contra el país” y también cuestionó que ambas agrupaciones crean que el dictador Francisco Franco “todavía está vivo” y que se hayan convertido en los voceros del neofranquismo.
Y a pesar de que el pasado miércoles 12 de febrero el presidente del Gobierno español aseguró en el Congreso de los Diputados que el ministro Ábalos evitó una “crisis diplomática” al reunirse con Delcy Rodríguez, se ganó las protestas de la oposición conservadora en un nuevo episodio del drama que compite con los peores titulares de la prensa rosa.
Sánchez insistía: “Rodríguez sólo pasó por el aeropuerto de España rumbo a una gira internacional”, pero los ultras no querían escucharlo, y se manifestaban engañados, traicionados, decepcionados.
Y es que en esa historia, Rodríguez no debía pisar la Unión Europa (UE) por las sanciones de Bruselas, pero se reunió “secretamente”, en la madrugada del 20 de enero, con Ábalos, hecho que el Gobierno negaba y negaba, pero que terminó asumiendo tras muchas versiones, porque a los de La Moncloa también les gusta un drama y le temen mucho a la reacción de los antagonistas de este culebrón madrileño.
FF/VTactual.com
Madrileños rechazaron la presencia de Juan Guaidó en la capital española