
El presidente de Brasil, el ultraderechista Jair Bolsonaro, sigue sumando polémicas en sus poco más de 200 días en el poder, que van desde insinuar la prisión de un periodista crítico, hasta defender la explotación de la Amazonía o negar que se pase hambre en su país.
Todo ello sucede mientras el apoyo que le brindan los brasileños se tambalea. En un sondeo divulgado a principios de este mes, 33% de sus connacionales consideran mala o pésima su gestión como presidente, el peor registro para un gobernante en el primer semestre de su primer mandato desde el retorno de la democracia, en 1985.
De cualquier manera, unas más serias que otras, por la gravedad que representan para la democracia del gigante amazónico, VT ha logrado recabar al menos siete indiscreciones que los medios de comunicación no le han dejado pasar a Bolsonaro en los últimos seis meses.
1. El polémico ataque a un periodista

Este sábado, Bolsonaro levantó una enorme polvareda después de decir públicamente que el periodista estadounidense Glenn Greenwald podría pasar un tiempo en la cárcel por sus publicaciones en el portal The Intercept.
«Tal vez vaya preso aquí en Brasil, no va a serlo fuera, no», dijo Bolsonaro en una ceremonia militar en Río de Janeiro.
Greenwald viene publicando, desde junio pasado, supuestas conversaciones entre el entonces juez Sergio Moro, hoy ministro de Justicia y pieza clave del Gobierno de Bolsonaro, y fiscales que han puesto en entredicho la operación anticorrupción que llevó a prisión al expresidente Luiz Inácio Lula da Silva.
Algo que le granjeó condenas de la oposición, de asociaciones de prensa y del propio Greenwald fue que el ultraderechista, conocido ser un furibundo homófobo, calificó al periodista de «pícaro» por «estar casado con otro hombre (el diputado federal brasileño David Miranda) y tener hijos adoptados brasileños», lo que impide, según dijo, que sea deportado.
2. “Pretendo beneficiar a mi hijo”
Aunque el proceso se encuentra en trámite, no ha pasado desapercibido por la prensa brasileña que uno de los hijos del Presidente, el diputado federal Eduardo Bolsonaro, pretenda convertirse en embajador de Brasil en Estados Unidos, en lo que para los críticos resulta un evidente caso de nepotismo.
Pero Jair Bolsonaro no tuvo prurito en admitir, el pasado 18 de julio, en su tradicional transmisión en directo por las redes sociales: «Pretendo beneficiar a mi hijo, sí».
3. En Brasil “no se pasa hambre”
El pasado viernes 19 de julio, durante un encuentro con corresponsales extranjeros en el Palacio presidencial de Planalto, Bolsonaro echó mano de su particular lenguaje informal y socarrón para negar que en Brasil se pase hambre.

«Es una gran mentira. Que se come mal, es cierto, pero no se ve a gente pobre con el físico esquelético como en otros países», aseveró para, horas después, matizar y decir que una «pequeña parte» de la población brasileña «pasa hambre».
Según la ONU, alrededor de 2,5% de la población, es decir, 5,2 millones de brasileños, pasan un día entero o más sin consumir alimentos.
4. Usó un término despectivo
En el mismo encuentro con periodistas foráneos, el Jefe de Estado brasileño resultó víctima de un micrófono abierto que le captó refiriéndose a los habitantes de la región nordeste, la más pobre pero la segunda más poblada y con mayor número de electores de Brasil, como «paraíbas».
También se refirió en pobres términos a un gobernador, por formar parte de Partido Comunista de Brasil (es que el hombre se ha declarado enemigo acérrimo del comunismo).

«De aquellos gobernadores de ‘paraíba’, el peor es el de Maranhao (Flávio Dino). No hay que tener nada con ese tipo», le espetó al ministro de la Presidencia, Onyx Lorenzoni.
Si bien «paraíba» es el gentilicio para los nacidos en Paraíba, uno de los estados del nordeste, ese término se usa en varias regiones de Brasil para referirse despectivamente a todos los habitantes de la zona.
5. A explotar la Amazonía
Desde que volvió de la cumbre del G20 en Japón, en las que participó los días 28 y 29 de junio pasado, Bolsonaro multiplicó sus llamados a «explotar» la Amazonía junto con otros países.
“Brasil es nuestro, la Amazonía es nuestra», exclamó este sábado 27 de julio en la ceremonia militar de Río de Janeiro

Después volvió a resaltar la riqueza mineral del mayor bosque tropical del planeta e insistió en que su objetivo es «explotarlas» con otros socios.
«Por eso, mi aproximación con Estados Unidos. Por eso, quiero una persona de confianza en mi embajada de los Estados Unidos», expresó sobre la decisión de presentar a su hijo como candidato para ese cargo.
6. No hay dinero para el cine
Este mismo mes de julio, Bolsonaro amenazó con «extinguir» o «privatizar» la oficial Agencia Nacional de Cine (Ancine) si ésta no pone un filtro a sus subvenciones, aunque no especificó cuáles o con qué criterios, luego de lanzar sus críticas sobre la película “Bruna Surfistinha”, filme que cuenta la vida de una prostituta en Sao Paulo que se convierte en una exitosa escritora.

«Mira, dinero público para hacer la película de Bruna Surfistinha, no», garantizó. Todos saben que le causa angustia que la mujer o que los integrantes de las minorías, tradicionalmente excluidas, se vean reivindicados.
7. “Todo es pequeño en Japón”
El pasado 15 de mayo, Bolsonaro resultó abordado en el aeropuerto de Manaos (norte de Brasil) por un japonés, quien pronunció dos palabras en portugués: «Brasil» y «gostoso (sabroso)», a lo que el presidente aproximó sus dedos pulgar e índice y, de forma despectiva y entre carcajadas de sus acompañantes, expresó: «¿Todo pequeño allí?».

Un comentario que esgrimió para burlarse del acento del visitante pero que, para muchos, también alude al tamaño del órgano sexual masculino.
Días después, volvió a la carga y realizó un comentario similar al hablar sobre la reforma del sistema de pensiones propuesta por el Gobierno para reequilibrar las maltrechas cuentas públicas del país, después de que su ministro de Economía, Paulo Guedes, afirmara que si la propuesta perdía fuerza en el Congreso dejaría el cargo y se iría a vivir fuera de Brasil.
«Si es una reforma en japonés, él (el ministro de Economía, Paulo Guedes) se va. Allí (en Japón), todo es miniatura», repitió Bolsonaro.
FF