El presidente del Estado Plurinacional de Bolivia, Evo Morales, solicitó este martes 13 de febrero la convocatoria de una Cumbre de la Unión de Suramericana de Naciones (Unasur) para rechazar una tentativa militar estadounidense contra Venezuela.
Morales pidió esta reunión con carácter de emergencia, con la finalidad de hacer valer la soberanía política y territorial venezolana, amenazada nuevamente por las pretensiones estadounidenses, a raíz de la gira de Rex Tillerson, secretario de Estado del país del norte, por naciones latinoamericanas contrarias al chavismo.
“Tillerson viene a visitar varios países, me imagino, para convencer o influir a sus presidentes de la derecha a que participen en una intervención de carácter militar o ahogamiento a Venezuela”, argumentó el mandatario boliviano durante un programa radial, citado por Cuba Debate.
Morales recordó además cómo esta iniciativa representa un posible segundo Plan Cóndor, con relación a las décadas de los años ’70 y ’80, cuando desde la Agencia Central de Inteligencia (CIA) se atacó a la izquierda en países del sur del continente para evitar poner en riesgo su actuación imperial en los mismos.
A la visita de Tillerson por países como Argentina, México, Perú y Colombia, se suma la presencia en este último del almirante Kurt Tidd, jefe del Comando Sur, brazo «interventor» gringo en América Latina: la fuerza militar norteamericana vendría en «defensa» de dicha nación, en caso de algún conflicto con Venezuela. De ahí que se busque fortalecer la política de crear falsos positivos, además de los intentos por hacer más elocuente el tema migratorio de venezolanos hacia Colombia.
Tidd ya adelantaba el pasado año parte de lo que podían estar planeando desde Washington:
“Venezuela se enfrenta a una inestabilidad importante en el próximo año debido a una falta de alimentación generalizada, y la escasez de medicamentos; la incertidumbre política continuada; y un empeoramiento de la situación económica. La creciente crisis humanitaria en Venezuela podría eventualmente obligar a una respuesta regional”.
Desde la Unasur, una respuesta contundente en rechazo de estas tentativas guerreristas contra Venezuela podría frenar un poco la arremetida, demostrando que la «respuesta regional» mayoritaria sería la de apoyar a la nación bolivariana en sus esfuerzos por estabilizarse.
El gobierno lo ha buscado persistentemente en todos los ámbitos del conflicto: en lo económico, por ejemplo, han llegado al lanzamiento de una criptomoneda nacional con respaldo en sus reservas petroleras; pero en lo político han buscado el diálogo hasta el cansancio y, cuando finalmente se tenía un acuerdo, la oposición se retiró. Una llamada de Estados Unidos habría disuadido a los representantes de la derecha de firmar el acuerdo de convivencia que sí suscribió su contraparte. ¿Buscarán reavivar la violencia de 2017 para justificar una intervención «humanitaria» como las de Libia o Irak?
JI