Argentina, el país latinoamericano gobernado por el ultraderechista Mauricio Macri, registra las peores cifras de la década en lo que a economía y desarrollo social se refiere. Datos del año 2018 revelados por el Observatorio de la Deuda Social de la Universidad Católica Argentina (UCA), aseguran que más de la mitad de los niños de ese país son pobres.
El dato, alarmante si se considera que esta nación exporta alimentos que abastecen al menos a 400 millones de personas, hablan de las necesidades que enfrenta la población infantil que según el estudio también enfrenta niveles preocupantes de hambre y miseria.
La estadística señala que uno de cada dos argentinos menores de edad es pobre, es decir el 51,7 por ciento (unos seis millones 100 mil niños) de la población infantil, cuyos progenitores o cuidadores se han visto afectados por la inflación sostenida y el aumento en los precios de los alimentos que enfrenta el país.
El documento publicado por la UCA también resalta el aumento de la inseguridad alimentaria en los últimos doce meses: en 2018 el 29,1% de los menores en Argentina vio como en su casa se reducía la cantidad de alimentos disponibles por problemas económicos. El análisis también reseña que al menos 13% de los niños argentinos pasaron hambre severa en 2018.
Otro punto importante revelado por el estudio de la UCA explica que cuatro de cada diez menores de 18 años en Argentina residen en viviendas con déficits en saneamiento y dos de cada diez duerme en una cama o colchón compartidos.
“El 20% no acudieron al médico en 2018 y la cifra se duplica respecto a los que no visitaron un odontólogo”, pública el informe.
Por otra parte, presentan las cifras de trabajo infantil. Entre 2017 y 2018 subió del 12% al 15,5% el porcentaje de los chicos entre 5 y 17 años que trabaja. Este patrón se ha incrementado no sólo en la clase baja sino también en la media.
ARG