Por: Ernesto J. Navarro
Es un hecho que grandes empresas transnacionales de los más diversos sectores, volcaron sus inversiones al negocio de los alimentos a escala planetaria.
Hoy en día, ya no existen las 10 principales empresas ni tampoco las cuatro más importantes. A lo largo de toda la cadena alimentaria industrial sus eslabones se han fusionado, algo que acrecienta el control en cada vez menos manos.
Algunos famosos e inesperados conglomerados empresariales como ‘Amazon’, ‘Alibaba’, ‘Google’, ‘Microsoft’ y ‘Tencent’, se han incorporado al negocio agroalimentario, según revela un informe difundido en mediados de octubre.

El documento, titulado «La alimentación mundial: entre inversiones oscuras y datos masivos«, fue publicado por el ‘ETC Group’, una organización dedicada, entre otras tareas, a la promoción de la diversidad ecológica, el desarrollo de tecnologías socialmente responsables y el monitoreo del poder corporativo.
A escena
De la noche a la mañana, precisa el documento, se detectó que:
- La alemana BASF comenzó a utilizar las tecnologías de Facebook para identificar malezas.
- Cargill elabora un edulcorante de Paraguay llamado ‘stevia’ pero en contenedores en Suiza.
- Amazon compró ‘Whole Foods‘, minorista de alimentos orgánicos.
- Google y Alibaba asesoran campesinos y entregan comestibles a domicilio.
El interés de estas empresas es netamente monetario, ya que el control de la cadena alimentaria industrial, involucra el manejo de 7.5 billones de dólares, según el informe.
Oportunidad de negocios
Se dice que quien domine los datos masivos dominará el mundo 2.0. Algo que no parece ser solamente un argumento para una película de ciencia ficción.
En ese sentido, a principios de 2018 fue formalmente lanzada la asociación entre el ‘Earth Bank of Codes‘ (Banco de códigos de la Tierra), el Proyecto BioGenoma de la Tierra y el Foro Económico Mundial, durante la Reunión Anual del Foro Económico Mundial en Davos.

En su sitio web, el Banco de Códigos de la Tierra asegura que su objetivo es «hacer que los activos biológicos y biomiméticos de la naturaleza sean visibles y accesibles para los científicos e innovadores de todo el mundo», asegurando «la distribución justa y equitativa de los beneficios comerciales» que se desprendan de las investigaciones. Pero también proponen «liberar el valor económico de los activos biológicos y biomiméticos de la naturaleza», como una forma de proporcionar a los países en desarrollo, una vía de crecimiento económico sostenible basada en la biología, “en sus activos biológicos únicos y competitivos a nivel mundial».
Detrás de lo anunciado
No obstante, el informe del ETC Group considera que ‘Earth Bank of Codes’, no es otra cosa que «un plan para mapear digitalmente el genoma de cada especie conocida, almacenar los datos en la nube y ponerlos a disposición de los investigadores a través de ‘blockchain‘ pagando con una criptomoneda».
Ahora bien, el banco de códigos no es la única experiencia en ese sentido. La empresa china BGI, dedicada a la genómica (Estudio de los genomas y su aplicaciones en biotecnología), ya venido sondeando bancos de genes, de los cultivos más grandes del mundo, «para obtener duplicados de más de 7 millones de muestras de semillas para digitalizar el ADN y venderlo a los fitomejoradores», revela el informe.
Control tecnológico
Existen varios ejemplos del uso de tecnologías en eslabones de la cadena agroalimentaria. Comerciantes de granos emplean ‘blockchains’ para mover soya desde un silo en la costa este de Estados Unidos (a través del Canal de Panamá) hasta una fábrica en China.
Walmart rastrea el recorrido de sus frutas y verduras desde centro y Suramérica, hasta sus tiendas en Estados Unidos. Mientras que Amazon emplea sensores y marcadores digitales en la primera tienda sin cajas registradoras del mundo.

Se trata el uso de la ‘Big Data’, o datos masivos. Una plataforma con la capacidad de acumular y analizar cantidades increíbles de datos, para extraer información comercialmente relevante.
Alimentos, fertilizantes, maquinaria agrícola, genética del ganado, semillas, agroquímicos, farmacéutica veterinaria, comerciantes de materias primas, procesadores de alimentos y hasta minoristas, pasan bajo la lupa de los datos masivos.
Para ‘ETC Group’ resulta importante «entender» (sobre la ‘Big Data’), que esa «tecnología cambia repentinamente la ventaja comercial a las empresas que tienen la mayor cantidad de datos y que son más capaces de manipularlos».
Oscuros intereses
Verónica Villa, responsable de programas del ‘ETC Group’ en México, alerta que no son empresas de diferentes sectores las que se inmiscuyen en el tema de la seguridad alimentaria mundial.
«Son gestoras de inversión. Enormes grupos de inversionistas que utilizan instrumentos especulativos muy oscuros (‘dark pools’) para posicionar sus intereses (económicos) en toda la gama de empresas relacionadas con la alimentación, la agricultura y el procesamiento de alimentos», explica la investigadora.
Estas inversoras, obtienen un doble interés, ya que además de rédito económico obtienen un visión ventajosa y privilegiada.
Aunque no dominen una empresa, añade Villa, «sus inversiones les permiten acceso a toda la información de todas las empresas» del sector en las que participan.
El peligro (para reguladores gubernamentales, agricultores y consumidores) radica en que «no existen certezas sobre a dónde se van a mover los amos de la producción agroindustrial».
Tampoco puede predecirse cómo se moverá el mercado de tierras, la agricultura por contrato o la tenencia misma de los suelos, concluye Verónica Villa.