Alemania volvió a ser el centro de los neonazis este domingo. Con grandes banderas alemanas en mano, cientos de neonazis recorrieron la localidad de Köthen y proclamaron solidaridad con sus afiliados en Chemnitz.
La movilización se realizó tras la muerte de un chico de 22 años por un infarto durante una pelea entre dos afganos, y sugiere la continuidad de manifestaciones protagonizadas por la extrema derecha, desde que en Chemnitz un alemán fuera aesinado supuestamente a manos de 10 extranjeros.
David Köckert, miembro del movimiento Thügida y exmiembro del neonazi Partido Democrático Nacional de Alemania, aseguró que lo que sucede en el país «es una guerra racial contra el pueblo alemán”.
Política de Merkel
Los asesinatos han destapado protestas contra la política migratoria de Angela Merkel, quien en su defensa ha dicho en varias oportunidades que lo sucedido “no cabe en un Estado de derecho”, y que “el odio en las calles no tiene nada que ver con nuestro Estado constitucional”.
La semana pasada Merkel mostró su rechazo a los actos de xenofobia y aseguró que «no hay disculpa» para el odio, la violencia contra extranjeros y el uso de consignas nazis.
La canciller indicó condenas a personas por la exhibición del saludo hitleriano en Chemnitz. Esto como respuesta la ola violenta que han desarrollado neonazis y que ha ocasionado la muerte de dos personas.
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