Como una “baja política” ha sido catalogada la renuncia de Albert Rivera a la presidencia del partido Ciudadanos, tras el descalabro que supuso el resultado electoral para la tolda que hasta este domingo dirigió. De 57 escaños en el Congreso, la tolda naranja de derecha sólo consiguió 10, lo que evidencia el fracaso de su propuesta política y las decisiones desacertadas de Rivera como líder.
El político aprovechó su discurso para anunciar su decisión de abandonar también la política y dedicarse a seguir “en la vida pública desde algún lugar”. Los votantes de Ciudadanos rechazaron con su voto las alianzas que el partido que se anuncia como centro-derecha, hizo con los extremistas conservadores de Vox, que sí salieron favorecidos y avanzaron de 24 a 52 escaños.
Rivera renunció también a su acta como diputado en el Congreso, luego de que el partido que dirigía perdiera más de dos millones y medio de votos en relación a la última votación de abril de este mismo año. “Cuando hay éxitos en un proyecto colectivo los resultados son de todos, pero los líderes también sabemos que los malos resultados son del líder”, reconoció durante la presentación de su renuncia.
Elecciones no resolvieron nada
Las segundas elecciones en lo que va de año, no sirvieron para desbloquear el enredo político que aún vive España. Si bien el PSOE obtuvo una gran victoria, en la que superó el margen con respecto a su más cercano contendor, perdió tres escaños que le alejan mucho más de la mayoría calificada de 176 necesarios, y de 123 quedó con 120 puestos en el Congreso.
Sus antiguos aliados de Unidas Podemos también retrocedieron en apoyo popular al perder 7 escaños y quedar con 35 representantes. El Partido Popular continúa siendo la segunda fuerza política en el parlamento al conquistar 88 representantes. Tras las elecciones de este 10 de noviembre, el panorama quedó mucho más enrarecido para formar gobierno que luego de las elecciones de abril pasado.
RB