Iván Duque no ha vivido un solo día de tranquilidad durante lo que va de su aún corto gobierno. En su haber tiene el crecimiento de la pobreza, el crecimiento de la deuda social, el endeudamiento público más alto y la resurrección de la guerra que casi llega a su final antes que él llegara al poder. El próximo 21 de noviembre el país neogranadino enfrenta un gran paro nacional, que lleva a un nivel superior el rechazo popular contra el mandatario colombiano.
Luego de la renuncia de su ministro de Defensa luego de recibir un voto de censura del Congreso, que le halló responsable de un bombardeo que acabó con la vida de siete niños, las cosas se han venido complicando para Duque, quien enfrenta un rechazo del 69% y una percepción del 70% de los colombianos que piensa que “el país va por mal camino”, según revela un estudio de Gallup.
La paralización nacional rechaza las medidas neoliberales anunciadas por el gobierno, que pretenden reducir algunos de los beneficios sociales que aún le quedan a los colombianos. Entre las medidas que se rechazan está la reforma laboral que reducirá el sueldo juvenil, la reforma de pensiones que apunta a su privatización, la privatización de entidades estatales, el aumento de las tarifas de energía y la reducción de impuestos a las trasnacionales. También protestarán por el incumplimiento del salario mínimo nacional para varios sectores con los que el gobierno se comprometió.
El temor de Duque
Las alarmas encendidas alrededor del presidente colombiano, tienen razón en darle oportuno aviso de lo que puede convertirse su país al calor de la indignación nacional. Aun así, de espaldas a la realidad de su pueblo, Duque declaró que la convocatoria a paro nacional la hacen personas que quieren “incendiar la sociedad y a que haya pugnacidad entre los colombianos”.
“Tenemos que pararnos firmes como sociedad, ponernos la mano en el corazón y reconocer que no es a través de la violencia, que no es a través de las agresiones, como logramos las transformaciones sociales”, dijo un titubeante Duque ante lo que se asoma en el horizonte como una de las más grandes paralizaciones del pueblo colombiano.
RB