Decenas de familias, junto con activistas proinmigrantes y organizaciones legales, se unieron frente a la Alcaldía de Los Ángeles, en Estados Unidos, para exigir el fin de “la política inhumana” de la administración Trump, que consiste en separar a los niños migrantes de sus padres en la frontera.
Los activistas dicen que esta práctica, es el resultado directo de la nueva política de “tolerancia cero”, promulgada por Trump en la frontera.

En mayo, en una audiencia ante miembros del Comité Judicial del Senado, representantes de Aduanas y Protección Fronteriza de Estados Unidos (CBP) testificaron que entre el 6 y el 19 de mayo, 638 adultos que viajaban con 658 niños, fueron enjuiciados por una entrada ilegal y sus hijos fueron separados de ellos.
Eso es un promedio de 329 niños tomados de sus padres en una sola semana.
“Muchas familias en otros países no pueden contar con la protección de la ley y se enfrentan a una decisión imposible, que los impulsa hacia a EE. UU donde el derecho internacional ofrece refugio. Al negarles refugio, el Presidente Trump cree que puede reemplazar el derecho internacional”, dijo Lucero Chávez, abogada de la organización de Defense legal Public Counsel.
Unas 120 mujeres permanecen en inmigración, que generalmente, está reservado para personas con cargos penales. El gobernador de Washington, Jay Inslee, y el fiscal general Bob Ferguson, han exigido respuestas al Centro de Detención Federal en SeaTac y al Servicio de Inmigración y Control de Aduanas de los Estados Unidos (ICE).
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