Quien fuera el número tres del Vaticano, el cardenal australiano George Pell, fue condenado a seis años de prisión por cinco delitos de pederastia contra dos menores, delitos ocurridos hace más de 20 años y que convierten a Pell en el más alto funcionario de la Iglesia en ser sentenciado por este tipo de crímenes que se han multiplicado en los últimos años en la Santa Sede.
En el Tribunal de un condado de Victoria, en Australia, el juez a cargo del proceso, Peter Kidd, dijo que existe una posibilidad real de que el religioso, de 77 años y antiguo Tesorero del Vaticano, pase el resto de su vida en prisión.

«Bajo mi punto de vista, su conducta fue intencional y estuvo impregnada de una arrogancia asombrosa; dijo Kidd sobre Pell, quien durante sus delitos era arzobispo de Melbourne. El magistrado afirmó que el condenado actuó con «sorprendente arrogancia» y que en el juicio «mantuvo su inocencia, que es su derecho», pero al mismo tiempo nunca mostró «remordimiento».
Los delitos fueron cometidos contra dos niños de 13 años y tuvieron lugar después de una misa de domingo a fines de 1996 y principios de 1997 en una habitación y un pasillo de la catedral de San Patricio en Melbourne.
Pese a que las acusaciones se conocían desde hace años, el Sumo Pontífice lo convirtió en el número tres del Vaticano. El papa organizó en febrero un encuentro mundial sobre «La protección de los menores en la Iglesia» para afrontar la multiplicación de estos crímenes en la Iglesia católica.
YBV