Más de un centenar de víctimas de abusos sexuales en parroquias y colegios religiosos en distintas épocas —desde los años cuarenta hasta el presente— recurrieron a medios del Reino de España para contar los ataques que sufrieron.
«La impotencia, la rabia, la angustia y mi dolor siguen vivos», cuenta una de las víctimas. «Yo era un ser extremadamente vulnerable. El profesor se pasó aquel verano metiéndonos mano a mí y a otros pocos alumnos suspensos. He compartido los recuerdos con mi familia y amigos…», señala otro. «La rabia me dura 53 años después; sufrí los abusos de un cura, y sé que no fui el único».
Un medio intentó contrastar estos hechos denunciados y contactó a las autoridades eclesiásticas, a las que resultó imposible extraer datos, aunque informó sobre las denuncias de las víctimas, sin dar nombres de los acusados ni de los lugares concretos donde se produjeron los hechos.
Por ejemplo, cuenta Leopoldo Martín, madrileño de 80 años, quien vivió un año en un colegio de curas vallisoletano: «Había unos pasillos en los que nos colocaban desnudos y en fila para bañarnos. Los curas te lavaban con las manos, te manoseaban por todo el cuerpo y te daban tortazos en el culo», asegura el octogenario con impotencia.

Casos de abuso sexual silenciados durante años
La Iglesia del reino español silenció durante décadas los casos de pederastia que conoció o instruyó en sus tribunales eclesiásticos. El Centro Nacional de Documentación Judicial (Cendoj) tiene registrados, en los últimos 30 años, sólo 33 casos juzgados en los tribunales civiles que afectan a 80 menores víctimas de abusos sexuales por parte de sacerdotes.
“Lograr una información parecida de la Conferencia Episcopal o de las 70 diócesis existentes, o de las congregaciones religiosas, resulta imposible”, declara el medio, por cuanto las diócesis se niegan a ofrecer datos, ni siquiera estadísticos, sobre los casos juzgados en tribunales eclesiásticos. Solo 17 diócesis contestaron, con evasivas o negativas; el resto, 53, optó por no declarar.
Asimismo, la Congregación para la Doctrina de la Fe, que recibe cada año en Roma una media de 500 casos de pederastia remitidos desde diócesis de todo el mundo, rechaza facilitar detalles de cuántos de esos asuntos proceden de la Iglesia española.
Finalmente, la Conferencia Episcopal del reino anunció, hace dos semanas, a raíz de las denuncias surgidas, la creación de una comisión especial para actualizar los protocolos vigentes en las distintas diócesis para luchar contra la pederastia. Solo tres de esos protocolos obligan al obispo a comunicar las denuncias que reciba a la fiscalía.
FF