Todos los 25 de diciembre, desde 1977 el cine conmemora la muerte de Charles Chaplin, quien es catalogado el artista más popular de la historia por el impacto de sus personajes, sus historias y el mensaje contenido en cada pieza dirigida, escrita o interpretada por él.
El principal personaje de Chaplin fue Charlot, quien no ha perdido valor ni contexto desde el momento de su creación hasta hoy, al ser uno de los que más fue utilizado para hacer críticas sociales y para reflejar la realidad de una sociedad donde reinaba la desigualdad, por ello el papel de Charlot aún tiene vigencia.
“Pensé que podía ponerme unos pantalones muy holgados, unos zapatones, y añadir al conjunto un bastón y un sombrero hongo. Quería que todo estuviera en contradicción: los pantalones, holgados; la chaqueta, estrecha; el sombrero, pequeño, y los zapatos, grandes. Estaba indeciso de si parecer viejo o joven; pero recordando que Sennett creyó que yo era mucho mayor, me puse un bigotito que, en mi opinión, me añadiría edad sin ocultar mi expresión”, así describió Chaplin al personaje en su biografía.
Chaplin no usaba bigote, pero Charlot, su personaje más universal, sí. Entre las películas más destacadas se pueden referir: El gran dictador, Tiempos modernos, Candilejas, El Chico y La Quimera del Oro, entre muchas otras con igual fuerza de contenido.
Charles Spencer Chaplin murió en Suiza el día de Navidad de 1977, pero Charlot no murió con él, persistió en el tiempo, tan cierto es, que haste el día de hoy sus películas son proyectadas en salas culturales y estudiadas por los cineastas modernos.
EC