La justicia de Estados Unidos rechaza decisiones al presidente de Donald Trump, al suspender las deportaciones de solicitantes de asilo que huyen de la violencia domestica o de las pandillas en sus países.
En este sentido, el juez de distrito de Washington, Emmet Sullivan, ha considerado «inaceptable» que alguien sea expulsado del país mientras aún se decide sobre su causa en un tribunal federal.
Igualmente, tomó la decisión de paralizar el proceso de deportación de la que eran víctimas una madre y su hija, que ya se encontraban en un avión rumbo a su país de origen en Centroamérica, aun cuando se había garantizado previamente no podría ser deportada hasta la medianoche del jueves.

La demanda entablada contra la decisión de la Casa Blanca, proviene de la Unión Estadounidense por las Libertades Civiles (ACLU), representada por la abogada Jennifer Chang, quien aseguró que por el apuro en deportar a todos los inmigrantes posibles, la Administración Trump “está poniendo en grave peligro a mujeres y niños de ser violados o asesinados«.
Por su parte, voceros del Gobierno han dicho que “algunos inmigrantes” se están aprovechando del proceso de asilo porque cuentan con «pasar la entrevista preliminar de miedo creíble” y que los “dejen libres en Estados Unidos”.
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NP