Tras la muerte del periodista Jamal Khashoggi, en el consulado de Arabia Saudí en Estambul el pasado 2 de octubre, la mirada de la comunidad internacional se concentró en las circunstancias en las que sucedió este hecho, pero a su vez puso el acento en las relaciones comerciales que mantenía el país árabe con diversos países, entre ellos el reino de España.
En el pleno del Parlamento de la Unión Europea se reunieron los países miembros para abrir el debate acerca de la venta de armamentos a Arabia Saudí. En este sentido, Alemania fue uno de los que anunció la suspensión de exportación de armas al país árabe.
Ante este escenario y la presión establecida por la comunidad internacional, el reino de España se ha mantenido precavido y evita enfrentar el tema, por lo que ha generado gran polémica la continuidad de sus relaciones comerciales militares con el país árabe, siendo hasta ahora el séptimo país exportador de armas en el mundo y el cuarto en Arabia Saudita.

Entre tanto, el gobierno español seguirá vendiendo material armamentístico a Riad. Según indicadores arrojados por un estudio realizado por el Instituto Internacional de Investigación por la Paz de Estocolmo (SIPRI), detalló que Arabia Saudí es el tercer mayor comprador de armas del mundo, con un monto total de hasta 352.000 millones de dólares en tanques, aviones y municiones.
Aunque las acciones promovidas por el el gobierno de Riad, corresponde a una flagrante violaciones a los derechos humanos, el reino de España ha salido beneficiario a través de la venta de material militar, que desde el inicio del conflicto en el Yemen, en 2015, ha duplicado las exportaciones.
YR