Ya lo habíamos dicho, Nicaragua hoy es la Venezuela del 2017, también para Marcos Rubio. El Senador agarró el guión usado para Venezuela el año pasado y solo le cambió el nombre del personaje principal.
El 6 de junio, Marcos Rubio se reunió con miembros de la Coalición Universitaria, el doble del “movimiento estudiantil” venezolano. En la reunión se solidarizó con las víctimas de «la dictadura de Daniel Ortega”.
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Usan a los estudiantes para sus planes
Al igual que Venezuela, son los estudiantes, los jóvenes, los utilizados por el sector opositor al gobierno legítimamente constituido. La idea es generar protestas violentas, causar muertos y luego venderlo ante la comunidad internacional, como una brutal represión a «protestas pacíficas».
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Los estudiantes Nicaraguenses tienen el mismo accionar y las mismas exigencias, que tenían los venezolanos en 2017. Pedían la renuncia del presidente y elecciones, a pesar de que en ambos casos los mandatarios habían llegado de forma legítima a la jefatura de estado.
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Marcos Rubio tiene poca imaginación
Ya envió una carta al presidente Donald Trump para solicitar sanciones (y posteriormente su ampliación) contra el Gobierno de Nicaragua. También se reunió con familiares de las “víctimas de la represión” y ha declarado estar “con el pueblo de Nicaragua”. Y no podía olvidar pedir a la OEA investigar la violencia. Lo mismo que hizo para Venezuela.
Solo le falta presentar una cara de la oposición nicaraguense al presidente Donald Trump, como lo hizo lo Lilian Tintori en 2017. Aunque con los malos resultado obtenidos de la oposición venezolana puede que no lo haga.
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FAC