El ex presidente de Ecuador, Rafael Correa, calificó de “persecución judicial” la nueva orden de prisión en su contra que emitió la jueza Daniella Camacho. La jurista habría actuado contra el ex mandatario bajo sospecha de la comisión de delitos de tráfico de influencias, asociación ilícita y cohecho, los cuales compartiría con otras 22 personas que presuntamente habrían actuado para captar fondos de empresas contratistas del Estado.
Correa, quien reside en Bélgica desde que dejó la presidencia en 2017, declaró en una entrevista para el portal web Hispantv, que ya acumula 26 acusaciones criminales en las que el gobierno de Lenín Moreno no ha presentado prueba alguna de su responsabilidad en dichas acciones, por lo que lo acusa de persecución judicial.
Denunció que lo que la justicia de su país está haciendo con su caso, responde a una estrategia regional. “Lo mismo le están haciendo a Lula (Da Silva), lo mismo le hicieron a mi vicepresidente Jorge Glas… lo mismo hicieron con Cristina Fernández de Kirchner”. Agregó el político que su país fue víctima de una ruptura institucional, por lo que sus acciones están fuera de la Constitución.
Un show de 6 mil dólares
En la entrevista concedida vía internet, el ex mandatario ecuatoriano señaló que las acusaciones se centran en una deuda de 6 mil dólares de un fondo que usaba la presidencia para ayuda social, pero que fue cancelado oportunamente. “A mí me dieron un crédito de seis mil dólares en mayo de 2014 y lo acabé de pagar en agosto de 2015. Están todos los recibos, todos los cheques… no tienen nada más qué decir”, apuntó Correa.
Dijo que Moreno tiene un pacto con grandes grupos de poder, entre los que hay varios medios de comunicación que lo protegen. Resaltó que hay situaciones inocultables para quienes señalan que en su gobierno hubo “una corrupción generalizada”, y que de ser cierta la acusación, incluiría a Lenín Moreno, pues estuvo seis años como vicepresidente de su gobierno. Lamentó que en sólo dos años el Ecuador haya retrocedido 20.
RB