Las relaciones cercanas entre Cuba y la extinta Unión Soviética hicieron temblar a occidente por muchos años. Luego de la desintegración de la URSS, Moscú y La Habana continuaron sus nexos, y aunque no tuvieron la misma profundidad, siempre significaron una piedra en el zapato para los intereses hegemónicos de Estados Unidos.
La llegada del presidente cubano, Miguel Díaz-Canel, a Rusia, promete dar continuidad a la cita que sostuvieron en octubre el mandatario antillano y el primer ministro ruso, Dmitri Medvédev, en la capital de la isla. La materia energética será nuevamente un punto relevante, ya que entre ambas naciones pusieron en marcha el primer pozo de petróleo con perforación horizontal de Cuba.

También el uso pacífico de la energía nuclear tendrá un capítulo especial en las conversaciones entre Díaz-Canel y el presidente ruso Vladimir Putin, quienes ya han adelantado su uso para la medicina y la agricultura. Rusia invertirá 700 millones de euros en la renovación de una decena de generadores de electricidad para la isla.
Otros puntos clave
Ambos gobernantes concretarán acuerdos también en materia de transporte, telecomunicaciones, vialidad y desarrollo digital. La infraestructura y el ramo energético mediante el uso de plantas térmicas, también serán tratados en la cita presidencial.
La cooperación entre las naciones también tendrá impacto en el campo de la cultura, en la cual los países tienen largos años de relaciones. Desde hace un año, Rusia y Cuba firmaron un acuerdo para promover el turismo, para lo cual acordaron una estancia sin visado por 90 días para sus ciudadanos.
RB