“No aceptan que los indios gobiernen”, protestó el presidente depuesto de Bolivia, Evo Morales en una conferencia de prensa realizada en México, país que le concedió el asilo y que “salvó su vida”, según reveló el líder indígena. Morales pidió interceder por la grave situación política que vive su país y que desató una persecución brutal en contra de quienes denuncian el golpe de Estado.
Para Morales lo que está detrás de la ruptura del hilo constitucional en Bolivia, es “la nacionalización de recursos” que materializó durante su mandato y que le valió poderosos enemigos dentro y fuera de su país. El mandatario depuesto se refirió a Luis Camacho, ex candidato presidencial que tenía el monopolio de la distribución del gas en Bolivia y que fue pasada a manos del Estado.
También hizo referencia a las cuantiosas reservas de litio que el país andino tiene en la región de Uyuni, donde la empresa estadounidense SRK, tiene grandes intereses y necesita echar mano del 50% de las reservas de este recurso que se encuentra en Bolivia.
Dictadura militar
Evo Morales denunció que en su país se instaló una dictadura al estilo militar, y refirió el polémico decreto que exime de responsabilidades penales a militares que participen en la represión de manifestantes. Emitieron un decreto como si tuvieran carta blanca para matar a bolivianos. Eso sólo se hacía en la dictadura militar», dijo el ex mandatario.
Desde el golpe de Estado en Bolivia han sido asesinadas 27 personas, la mayoría de ellas a manos de cuerpos de seguridad del Estado y del gobierno de facto. En tal sentido Morales hizo un llamado a la ONU y al Vaticano para detener estas acciones violatorias de los derechos humanos. «Esta masacre es parte de un genocidio que ocurre en nuestra querida Bolivia… muchos medios de comunicación están como con anestesia, no informan», dijo Morales quien pidió la instalación de una Comisión de la Verdad para esclarecer la situación y llamar a nuevas elecciones.
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