Un cargamento masivo de botellas de agua destinadas a las víctimas del huracán María aún están apiladas en el aeropuerto de Ceiba, en el este de Puerto Rico, a un año de la tormenta que devastó la isla y causó casi 3 mil muertos.
“Aunque no lo creas… casi un millón de cajas de agua que nunca fueron entregadas a las aldeas”, publicó Abdiel Santana, un fotógrafo que trabaja para una agencia de la policía estatal puertorriqueña que tomó imágenes del cargamento.

“¿Hay alguien que pueda explicar esto?”, dijo, citado por diarios estadounidenses.
La Agencia Federal para el Manejo de Emergencias (FEMA en inglés) reconoció que las botellas fueron llevadas el año pasado luego del huracán y entregadas al “gobierno central”, aunque no dejó claro dónde se produjo la falla que causó que las botellas nunca se distribuyeran.

Unos piden explicaciones, otros se ufanan
Personalidades como el chef español José Andrés, quien llevó a la isla a un equipo de voluntarios para ayudar a alimentar a las víctimas de la tormenta, ha pedido una “investigación oficial independiente” sobre lo que sucedió con el alijo de agua potable.
La revelación se produce cuando el presidente #DonaldTrump se ufanó esta semana de la respuesta de su gobierno a esa crisis.
“El trabajo que FEMA y las fuerzas del orden y todos hicieron, trabajando junto con el gobernador en Puerto Rico, creo que fue tremendo. Creo que Puerto Rico fue un éxito increíble, no reconocido”, dijo el martes, mientras el país se preparaba para la llegada del huracán Florence.
FF
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