Doce años después de terminar su relación con el Fondo Monetario Internacional (FMI), Argentina vuelve a tocar las puertas de esta institución financiera.
En medio de la turbulencia financiera que ha provocado una fuerte disminución de la moneda de Argentina, su presidente, Mauricio Macri, anunció que conversó con la presidenta del FMI, Christine Lagarde, con el fin de entablar negociaciones para conseguir una línea de crédito.
“De manera preventiva, he decidido iniciar conversaciones con el FMI para que nos otorgue una línea de apoyo financiero”, expresó Macri.
El anuncio se dio después de que el dólar alcanzara un máximo histórico frente al peso argentino, 23,50 pesos. La última vez que el Fondo giró préstamos a Argentina fue en 2003, lo que generó una fuerte crisis económica que afectó a gran parte de la clase trabajadora.
En ese sentido, Macri aseguró que su mandato aplica desde el año 2015 una política de ajuste gradual para supuestamente garantizar el crecimiento económico de la nación.
Por su parte, cientos de argentinos se encuentran temerosos de que regrese la crisis vivida en el año 2001, y se pronunciaron en contra del FMI en las afueras del Congreso.
Aunque el mandatario argentino no preciso el monto solicitado, medios locales sugirieron que el pedido rondaría los 30.000 millones de dólares.
MT