Dalma Quiñones fue una destacada catedrática de la Universidad de Lyon en Francia que escribió sus memorias mientras sufrió la enfermedad: “mi padre murió de viejo a pesar de su cáncer en la próstata gracias a un tratamiento localizado, mi hermano fue arrollado por un carro y duro más de 20 sin piernas en una silla ruedas donde se casó y procreó cuatro hermosos hijos, y mi mejor amiga recibió un trasplante de corazón, corre diez kilómetros diarios y lleva una vida sexual sana; mientras yo he pasado los últimos seis años de mi vida dentro de un infierno infinito que no hay píldora que calme, ni ejercicio físico que reduzca, ni terapia que auxilie. Y lo peor a nadie le importa…” Dalma aún vive y se encuentra recluida en una clínica especialista al sur de Austria, recluida por una ONG especialista en la búsqueda efectiva de curas a enfermedades asociadas con la psiquis.
Cada vez más, los expertos están cuestionando el concepto de que la depresión es un problema de serotonina. En abril del año pasado, el Dr. David Healy, profesor de psiquiatría en la Universidad de Bangor, publicó un artículo en el British Medical Journal llamado “La serotonina y la depresión: la comercialización de un Mito”, que llegó a la conclusión: “La teoría de la disminución de la serotonina [de la depresión] tomó Raíz en el dominio público en lugar de en la psicofarmacología – un pedazo de biobabble “. “En seis décadas, ningún estudio ha demostrado que la depresión es causada por un desequilibrio químico en el cerebro.” Nunca ha habido un estudio humano que con éxito conecta los niveles bajos de serotonina y la depresión “, dijo el doctor Kelly Brogan, psiquiatra en Nueva York.
El aparato comunicacional incluso ha tratado en muchas oportunidades de sensibilizar al respecto, pero por razones de mercadeo asociadas a la sangre y el sexo no han logrado ser populares. “Prozac Nation” con Cristina Ricci y “A propósito de Schmidt” con Jack Nicholson han sido medianamente éxitos de audiencias pero han pasado desapercibidas en sus momentos de lanzamientos. No obstante HBO llevó a la televisión el extraño caso de una maestra de escuela quien sufrió y contagió a su entorno por más de 25 años, aun cuando buscó junto a su marido farmaceuta la cura de su queja. Francés McDormand dijo luego de haber encarnado el personaje: “eso no puede ser viva para nadie, peor aún eso es peor que sufrir de una enfermedad terminal como el Cáncer o el VIH”, Olive Kitteridge es una miniserie que aún es transmitida en la versión GO del afamado canal.
7 Celebridades depresivas
1.Vincent van Gogh.
2.Franz Kafka.
3.Kurt Cobain.
4.Marilyn Monroe.
5.Diana Spencer.
6.Edgar Allan Poe.
7.Marlon Brando.
Uno de cada 10 de nosotros experimentará depresión en algún momento. Sólo las causas de esta enfermedad altamente debilitante y la mejor manera de tratarla siguen siendo controvertidas: el mes pasado, investigadores daneses informaron que los antidepresivos aumentan el riesgo de suicidio cuando son tomados por personas sanas. Los antidepresivos más ampliamente prescritos, como el Prozac, se conocen como inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina (ISRS), y trabajan sobre la base de que la depresión es causada por bajos niveles de la serotonina química del cerebro y que puede ser tratada corrigiendo este desequilibrio.
Números:
Según la OMG
300 Millones de personas la sufren, solo el 30% la declaran.
53% son mujeres.
El suicidio está asociado al final de la enfermedad en un 78 % de los casos.
Se desarrolla entre los 15 y 35 años de edad, y se padece luego de los 60 años.
Se asocia a la bipolaridad en un 63%, a la ansiedad en un 41%, a la insatisfacción sexual en un 78%, la vejez (como enfermedad) en un 41%, a en un 31%, a trastornos alimenticios en 70%, en un 46% a enfermedades del corazón o el sistema renal, a el insomnio en un 33%, a las drogas, tabaquismo y el alcohol en un 54%, y a los trastornos químicos del cuerpo en un 12%.
Hay más de 2 víctimas asociadas a un caso de depresión severa.
Por cada caso registrado se cuentan 8 sin contabilizar.
Los países que menos la padecen son Sudáfrica, Nueva Zelanda, Australia y Vietnam. El resto del mundo tiene una tasa del 12% mancomunado.
