Eliminado de la Copa del Rey por un equipo recién ascendido y ya prácticamente sin chance de pelear por la Liga, el Real Madrid estaba obligado, en teoría, a moverse en el mercado de fichajes para reforzar una plantilla que no ha logrado mantener el nivel de los dos cursos pasados bajo el mando de Zinedine Zidane.
Florentino Pérez, mandamás de las oficinas madridistas, así lo había decidido. Tenía listo el fichaje de un joven portero para el futuro, y pensaba en opciones para reforzar la delantera, el mediocampo y la defensa. Sonaron nombres como el argentino Mauro Icardi, del Inter de Milán; o el delantero uruguayo Edinson Cavani, que milita en el Paris Saint Germain francés; pero el que más cerca estuvo fue Kepa Arrizabalaga, portero de 23 años del Athletic de Bilbao.
Pero el deseo de Florentino no se hizo realidad, en gran medida, por Zidane, entrenador que en apenas 2 años ha conquistado en dos ocasiones la Champions League, máximo torneo del continente europeo: el técnico, en más de una ocasión, hizo pública su negativa a la llegada de un arquero más. «Ahora no necesito un portero», dijo al respecto.
Esos mensajes abrieron las puertas para que el Bilbao se lanzara por la renovación de Kepa, que ahora es el jugador con mejor contrato de su equipo y tiene una cláusula de 80 millones de euros para salir del club. En efecto, el conjunto blanco tiene superpoblación en esa posición: el titular Keylor Navas, tiene como sustituido a otro muy buen portero, Kiko Casilla; esto, sin contar con que el tercero para el puesto es actualmente Luca, hijo de Zidane.
Pero, ¿por qué no ficharon jugadores de campo? ¿Es esa la aceptación de que esta temporada ya cerró? Zidane ha declarado que el problema del Madrid debe ser resuelto por la actual plantilla del Madrid, como respuesta a la falta de nuevo jugadores en el mercado invernal de Europa. A diferencia del resto de equipos grandes, que han incorporado piezas importantes, a excepción de la Juventus italiana, el Madrid no trajo a nadie para mejorar su actualidad.
Apenas comenzando febrero, el Madrid ya puede prácticamente despedirse de una temporada para el olvido: a mitad de temporada, se encuentran en el cuarto puesto de la Liga, con un déficit de 19 puntos con respecto al líder, Barcelona, aunque podrían reducirse a 16 por haber jugado un partido menos; en Copa del Rey fueron eliminados en cuartos de final por el Leganés, equipo que hasta hace un par de años era de Segunda División.
La única opción para que no sea un desastre el curso para los de Zidane, sería ganar nuevamente la Champions: pero apenas van a jugar los octavos de final, contra un muy peligroso Paris Saint Germain. Si caen eliminados, las vacaciones podrían llegarles, de forma precoz, a partir del 6 de marzo.
JI