En San Diego se dictó la orden de manos de la juez estadounidense Dana Sabraw de que se mantenga el freno temporal a las deportaciones de familias inmigrantes recién reunificadas. La razón de la orden es dar oportunidad a que los menores también puedan presentar peticiones de asilo.
Esta no es la primera vez que se emite una decisión como esta, en julio también se frenó por unas semanas. Hasta ahora la decisión no establece la fecha límite en el freno a las deportaciones, pero es seguro que va a estar vigente por lo menos hasta la audiencia que se convocó para la próxima semana con el fin de discutir el tema.
Mientras la orden del juez este vigente, el Gobierno de Donald Trump no podrá actuar ante las familias inmigrantes recién reunificadas, tampoco podrá forzar a un padre a elegir entre quedarse con la familia constituida o solicitar asilo individual.
«Una nueva separación de la familia» iría en contra de la «orden ejecutiva del presidente que restableció la unidad familiar y abandonó la política de separación de familias, además que agravaría en gran medida los esfuerzos actuales para reunificar a casi 400 padres que fueron deportados del país mientras sus hijos continúan en Estados Unidos», indicó el juez en su fallo.
La administración federal informó que ha reunido con sus padres a 2.010 de los 2.654 niños que separó de sus familias a consecuencia de la política de «tolerancia cero» hacia la inmigración ilegal, pero precisó que en muchos de esos casos los progenitores cuentan con una orden de expulsión.
Los abogados del Departamento de Justicia se quejaron ante el juez Sabraw de que el freno a las deportaciones de las familias reunificadas está generando problemas de espacio en los centros de detención e interfiriendo con las operaciones de la Oficina de Inmigración y Aduanas.
La decisión de Sabraw beneficia también a los padres que anteriormente habían firmado un formulario entregado por el Gobierno para renunciar al derecho de solicitar asilo para sus hijos.
En junio de 2018 el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, dijo que las personas que entran ilegalmente a su país deben ser regresadas inmediatamente a su lugar de origen sin ningún proceso judicial. Trump dijo a una corte federal que más de 450 padres inmigrantes estaban separados de sus hijos y ya no se encontraban en Estados Unidos. La medida desató cuestionamientos en todo el mundo.
Un mes después, en julio la misma juez estadounidense Dana Sabraw ordenó la Administración del presidente Donald Trump que temporalmente dejara de deportar a familias que habían sido reunificadas tras su separación en la frontera con México como consecuencia de la política de «tolerancia cero». Sin embargo la medida solo estuvo vigente un par de semanas.
A principios de agosto, grupos defensores de las familias separadas en la frontera entre EE UU y México anunciaron que viajarán a la línea divisoria en septiembre con algunos niños para tratar de recuperar a sus parientes deportados.
Trump ha insistido en una pronta decisión sobre la suspensión temporal de las deportaciones de familias inmigrantes argumentando que la cantidad de personas detenidas comienzan a causar problemas en las agencias federales.
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NB